—Ahora sí.
Hoseok me dejó caer con cuidado sobre las finas sábanas de su cama. Cuando me hizo la pregunta no sabría decir si fue el instinto lo que reaccionó primero o un impulso, pero lo besé profundamente antes de sentarme sobre sus piernas, dejando que sus manos acaricien toda mi anatomía y las mías se encarguen de quitarle la remera, hasta que me cargó, terminando ambos en su habitación.
Se colocó con cuidado sobre mi cuerpo y mis manos tomaron sus mejillas, volviendo a atrapar sus labios mientras él movía ligeramente sus caderas hacía abajo, frotándonos incluso con toda la ropa puesta. Esto era real, no había celo, ni siquiera instintos, él y yo juntos ahora.
Mi alfa queriendo marcarme como suyo, de su propiedad.
—Solo no rompas mi remera ¿Si? — Murmuré, sabía que estaba sonriendo como pocas veces lo hacía, mientras mis piernas se separaban y recibían su cuerpo entre estas. Mis manos pasaron por su cabello, disfrutando del roce de nuestros labios. Sin besarnos, jugando a provocarnos mutuamente.
Sentí como rápidamente la habitación se llenaba de nuestro olor, una combinación dulce y amarga, deliciosa, casi tanto como los besos de Hoseok. Su mano se introdujo bajo mi remera, y jadee. Sentí la yema de sus dedos acariciarme hasta llegar a uno de mis pezones e iba a gemir cuando su boca tomó la mía, ahogando cualquier sonido en sus labios.
—Debería romperla. — Besó mi barbilla, bajando entre besos hasta llegar a mi cuello, mordiendo suavemente ahí. —Me gusta cuando usas mi ropa.
—Puedo usar tu ropa sin que rasgues la mía. — Mis manos bajaron con torpeza, encontrándome con el inicio de su jean, tanteé hasta que tomé sus glúteos y los estrujé entre mis dedos, sacándole un jadeo que luego se convirtió en una lasciva sonrisa.
—¿Impaciente, mi pequeño omega?
—Quiero que me hagas el amor.
Nos besamos de nuevo después de eso y nuestros labios solo se separaron cuando gemí, él tardó en desabotonar mi jean, pero una vez hecho tomó directamente mi miembro, dándole un rudo apretón. Volví a besarlo, tratando de callar los sonidos vergonzosos que salían de mi boca.
Lo siguiente pasó muy rápido, ambos sentimos la presencia de alguien más, pero fue demasiado tarde para separarnos. Las puertas de su habitación se abrieron cuando un alfa entró, gritando como desesperado.
—¡Hoseok! ¡Hoseok tenemos pro-! — Su voz se cortó en el segundo en que nos vio a ambos en la cama. Sentí mi rostro calentarse tan rápido ¿Cómo había entrado? ¿Por qué no lo sentí? Rayos.
—¡Joder, Namjoon!
¿Este sujeto es Namjoon?
Hoseok se bajó de encima soltando un bufido. Volví a abrochar mis pantalones cuando noté que el inmenso alfa no dejaba de mirarme. Bufé cuando Hoseok se puso adelante de mí justo cuando iba a observar bien al otro sujeto, así me apoyé en mis rodillas y me estiré sobre la cama, viendo por sobre el hombro de mi alfa.
—Te me haces conocido... — Dijo el castaño hacía mí y entonces todo encajó en mi cabeza, tan rápido como el disparo de una cámara.
—¡Oh por Dios! ¡Eres el imbécil!
—¿Imbécil? ¡Mierda! ¡Eres el padre del engendro ese que me llamó idiota!
—¿Engendro? ¿Qué?
Sisee mientras el enojo se iba apoderando de mi cuerpo. Le volvió a llamar a Jungkook engendro, no podía permitirlo. Sin embargo, no alcancé a hacer gran cosa cuando Hoseok dio un paso hacia adelante, aún continuaba bloqueando la mirada directa de Namjoon hacía la cama, incluso separó sus brazos ligeramente. Namjoon gruñó.
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The Perfect Omega | HopeV
FanfictionCuando eres la perfecta definición del Omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de su vida. Kim Taehyung tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad, ¿Qué alfa querría encargarse...
