Prólogo

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Morioh, un pueblo muy tranquilo y pequeño comparado con la ciudad de la que venía, aunque lo único que le importaba a (t/n) era precisamente eso, la tranquilidad.

(t/n) se había logrado hartar de las ciudades grandes, vecinos molestos, ruidos innecesarios durante la noche y el día, niños aún más molestos que los padres que tenían.

Obviamente fue una verdadera para sus padres escuchar que su única hija se mudaría tan lejos de ellos, pero aún así no se molestaron e incluso ayudarían de manera financiera todos los meses.

En todo esto había un problema, un pequeño fetiche que (t/n) tenía, un fetiche por las manos, normal, ¿no?, sí comparado con los miles de fetiches, aún peores que otras personas tenían, sí.

Pero a (t/n) le afectaba un mucho ese pequeño fetiche, tanto así que había llegado a cometer asesinato por ello, la única razón por la cual no la habían descubierto era por un "fantasma", o así ella le gustaba llamarlo, pero era en realidad un stand el cual hacía que aquellas pruebas que pudieran inculparla en lo más mínimo desaparecieran.

Aquel stand, el cual podía desintegrar cosas a voluntad propia se llamaba White Queen, nombre que esta misma se había puesto era lo único que le ayudaba a vivir una vida tranquila en una ciudad de la cual ella estaba harta.

Un mes después de la mudanza, todo iba bien, vivía una vida relativamente tranquila, a veces sintiéndose un poco sola a comparación de cómo vivía antes, eso la llevó a extrañar a sus padres, incluso el barullo que ocasionaban sus vecinos e hijos.

En esos momentos de soledad (t/n) salía a pasear por las calles de su nueva ciudad, o salía a tomarse un café, aunque siempre se llevaba malas miradas por ser una chica solitaria, lo que la había llevado a intentar formar lazos de amistad con sus compañeros de trabajo.

Estos por su parte, eran muy agradables, al menos así los catalogaba ella. De manera rápida se hizo varios amigos, pocos, pero estos eran suficientes para vivir una vida más normal, sin llevarse malas miradas o que la llegasen a cuestionar por alguna cosita, sin importancia para ella, aunque pareciera que eso era lo más importante para ellos.

La única cosa por la cual llegaba a ser cuestionada varías veces era porque no cumplía todos los días con el horario completo de trabajo, aunque siempre respondía con desgana que él mismo jefe le había dicho que la veía un poco joven para cumplir con aquel horario.

No se quejaba de la vida que mantenía, tenía un trabajo estable, varios amigos, una vida normal y tranquila como la que ella querida, a veces incluso dándose el pequeño "lujo" de hacer caso a sus instintos de escaparse de noche y asesinar a personas que tenían lindas manos a su parecer, pero la mayoría de estas veces eran personas las cuales no le habían agradado del todo a simple vista, teniendo que perseguirlas por días hasta saberse su rutina y ver que así nadie la pudiera ver al cometer el asesinato, aunque solo pocas veces lo había de manera improvisada.

Esta historia está basada en una conversación en Instagram que tuve con la poderosísima QueenVi4 , quien fue la que me dió la idea e inspiró a hacer esta historia. Le doy todo el crédito a ella, porque sin ella no estaría habiendo esto.

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