Capítulo 2

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- ¿Y tú quién eres?- Me dijo el chico.

- No sé, osea creo que te he visto antes, no sé dónde puede ser, pero juraría que te he visto.-

¡Pero qué haces acercándote más a él por Dios Mack!

- Sí, creo que recuerdo tu cara.- Haciendo gestos con la cabeza de afirmación.- La de la carpeta, sí.

¿Se acuerda de mí?

- Sí, sí muy bien la de la carpeta.- La chica con la que estaba hablando se acercó a él.- Por dónde íbamos...

Me alejo un poco de esa conversación que no me influía tambaleándome hasta estar un poco más alejada. De repente me tuerzo el pie y caigo al suelo.

- Nada, nada, estoy bien.- Digo a todo el mundo que se queda espantado ante la situación.

No se me puede sacar a lugares con gente desconocida.

El chaval se levanta para ayudarme.

- ¿Estás bien?- Está siendo cortés conmigo.

- Sí.- Se me queda mirando.

- Me llamo Chandler ¿y tú?- Chandler, bonito nombre.

- Mi nombre es Mackenzie.- Me levanta rápidamente y se me ocurre preguntar.-¿Cómo está tu padre?

- Mucho mejor gracias a los cuidados de tu madre.- No parecía nada ebrio, al contrario que yo.

- Por cierto ¿Tienes hora?- Me ayudó a sentarme en un asiento.

- Las 2 de la...- Lo interrumpí.

- ¿¡Las 2!?- Salí corriendo a buscar a mi amiga, tambaleándome llegué a sus brazos.- Son las dos.- Ahogada de correr unos metros.

- Pues vámonos ya ¿no?- Una cosa buena de amiga era que no bebía nada, si yo era su responsabilidad no bebía para coger el coche y llevarme sana y salva a mi casa.

Antes de salir del coche me despedí de mi amiga con un abrazo, siempre me siento agradecida por no dejar que muera en el intento de llegar a mi hogar. Sin hacer mucho ruido entré a mi casa con las luces apagadas. Encendí la linterna de mi móvil y me dirigí a la cocina para beber un vaso de agua. Subí las escaleras, pensando en que una cama esponjosa me estaba esperando y cuando entré vi algo encima de esta. Cerré la puerta y encendí la luz, para que a mi madre no le molestase.

- ¿Qué es esto?- Me dije a mi misma ojeando la pequeña cajita multicolor que allí se encontraba.

Me tumbé en la cama y la cogí. Estaba demasiado cansada y cuando mi cabeza encontró la almohada, mis ojos se cerraron como algo totalmente automático.

Un beso seguido de unas palabras es lo que recuerdo de horas atrás:

Descansa, espero que te guste

Me despertó el dolor de cabeza que había sido provocado por el alcohol de la noche anterior. Encontré la cosa con la que me había dormido en la mesita de noche. Me enderecé, sentándome en el respaldo de la cama y lo abrí lentamente.

Era un collar que mi madre sabía que me gustaba desde hacia tiempo. Un collar con una pequeña perla en el medio. Era una chorrada que se me había antojado y quería ahorrar para comprármela. La besé y me dije susurrando: "Gracias mamá" atrás había una nota que decía: "Sé que te gustaba, gracias por lo de la carpeta y por todas las cosas que haces por mí. Te quiero"

Yo también te quiero mamá

Lo que me preocupó fue de donde había sacado el dinero, no nos falta dinero para comer ni para las necesidades básicas, incluso puedo salir de fiesta todas las semanas, pero yo sabía cuanto costaba y era la mitad del sueldo de mi madre.

El Hijo de mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora