Prólogo

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Suspiré fuertemente mientras asimilaba todo lo que estaba pasando en este momento, intentando saber qué demonios había hecho para acabar aquí... así. Se me han pasado los años como si fueran agua, y no tengo idea de qué mierda he hecho con mi vida ahora. Cuando era pequeña, juraba que sería una genial doctora que curaría y ayudaría a todos los que me necesitaran, tal como el hombre que me acogió: Grisha Jaeger. Sin embargo, de alguna manera, desperdicé todos mis conocimientos sobre medicina entrenando durante años para convertirme en un soldado que, probablemente, morirá en su primera expedición sin haber logrado nada, sin haber salvado a alguien.

"Voy a acabar con los titanes", "Nadie más va a morir a causa de esos monstruos", "Acabaré con todos y cada uno de ellos". Eso y más era lo que me repetía a mi misma cada noche cuando las cosas se ponían demasiado duras, pero la verdad era que sólo repetía las palabras de mi amigo Eren, un castaño con ojos como dos grandes esmeraldas y con una terquedad inigualable. Él era el que quería lograr todo eso, yo sólo seguí su sueño y lo adopté como mío. Yo soy la mayor y, aún así, era la que más aterrada estaba de quedarme sola. Aunque claro, tenía muy buenas razones, si soy honesta; Había perdido todo en mi vida en un abrir y cerrar de ojos, de pronto el lugar que llamaba "hogar" y las personas a las que llamaba "familia" ya no estaban. Sólo me quedaban tres personas en mi vida: Eren, por supuesto; Mikasa, una azabache temeraria y que daría todo por Eren; y Armin, un rubio dulce que de alguna manera decidió también seguir a Eren. Eran mis amigos, pero los veía a los tres como hermanos menores. No podía permitirme perderlos también.

Eren decidió unirse a la legión de reconocimiento, como había dicho desde pequeño, y los demás decidieron seguirlo. No pude reunir el valor para oponerme, ni siquiera llegué a pensar en separarme de ellos. Y, de alguna manera, años después convenció a casi todos nuestros compañeros en entrenamiento unirse también. De nuevo, yo era la mayor, y aún así no pude hacer nada. 

Obtuve la calificación más alta durante el entrenamiento, todos me veían como alguien a quién recurrir si se metían en problemas, algo así como una madre, o una hermana mayor, porque eso de la maternidad no creo sea lo mismo. Aún así, no pude hacer nada para salvarlos a todos de tomar esta decisión. ¿Es que yo era la única que estaba asustada?... No, no estaba asustada. Estaba aterrada.

Ahora sólo estaba ahí parada mientras el mismísimo capitán Erwin Smith nos decía sin pelos en la lengua que, de unirnos a la legión, lo más probable sería que muriéramos de la peor manera que podamos imaginar. "Imagina cómo crees que se siente ser atrapado por un titán, bueno, en realidad es 10 veces peor. Oh, y ni hablar que no hay escape." Era lo único que escuchaba.

Muchos se retiraron al escucharlo y, no voy a mentir, yo también quería hacerlo. ¿Morir? Eso... Wow. Si bien, no tengo idea de qué es lo maravilloso de la vida, no creo que morir siendo devorada por un titán sea algo que me gustaría, y definitivamente no es algo que quiero para mis amigos.

Pero, de la nada, un sentimiento se hizo presente en mi. Era como una corazonada. Recorrió todo mi cuerpo e hizo que me tensara. ¿Valor? Quizás, pero era más bien una voz dentro de mi que me gritaba para entrar en razón. "Idiota. Si no tienes una razón por la que vivir, entonces entrega tu vida para que otros tengan esperanza. Además, ¿Quién dijo que morirías? Irás, harás lo que tengas que hacer, y al regresar vivirás la vida pacífica que siempre quisiste." Sentía que una voz me gritaba desde mi interior. Y eso bastó para darme toda la inspiración que me había faltado durante tanto tiempo.

No pude evitar sonreir. Probablemente mi optimismo era estúpido, pero nadie logra grandes cosas siendo pesimista y estando seguros de su fracaso sin siquiera  intentarlo. O al menos así me gustaría pensar. Puede ser estúpido, pero es funcional... creo.

Entonces miré hacia arriba. Noté que no les había prestado suficiente atención a los acompañantes del capitán en el podio: Hanji Zoe y, por supuesto, el sargento Levi, el soldado más fuerte de la humanidad.

Viendo bien al que consideraban como "nuestra única esperanza"... él tampoco parecía muy entusiasmado con la vida. Era interesante. ¿La legión lo había tornado así? ¿Tal vez, como yo, perdió todo de un momento a otro? ¿Qué tal si nunca tuvo nada?

Fuera como fuera, si él podía ser el más ágil y el que nos brindara esperanza, entonces yo también podría. Mis cejas se tensaron con seguirdad mientras una sonrisa aparecía en mi rostro. Probablemente me veía estúpida, pero no interesaba. Era nuestro turno de lidiar con los titanes, de salvar a la humanidad. Y, por alguna razón, se sentía como si fueramos a lograr eso y más. Siempre quise salvar personas, y no estaba dispuesta a abandonar ese sueño.

— ¡Entreguen sus corazones! — Gritó el capitán, sacándome de mis pensamientos.

— ¡Sí, señor! — Contestamos al unísono, colocando un puño sobre nuestro corazón y otro tras nuestra espalda, el saludo de la legión.

Bien, no había marcha atrás.



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Eh... ¿Todavía se leen fanfics de Levi? Me fui de wattpad y el fandom por... ¿Dos años? 

Como sea, igual dejaré esto acá y

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⏰ Last updated: Mar 28, 2020 ⏰

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¿Morir por ti? Levi y túWhere stories live. Discover now