Just a Look of Lust.

Sus cuerpos se rozaban de manera desenfrenada. No había lugar en ellos que no temblara ante la anticipación de lo que iba a suceder. Entre besos y caricias la ropa había desaparecido en algún momento entre la puerta y la sala de estar. 

No sabían bien en que momento quedaron completamente desnudos, pero para cuando terminaron de atravesar el hall, para entrar en la habitación, sus cuerpos ya estaban completamente expuestos haciendo que los toques se intensificaran más. No importaba si estaban sudados o si tenían olor a alcohol o tabaco, solo eran condimentos que excitaban a sus sentidos e invitaban a seguir probando.  

Hacia solo unos minutos ambos jóvenes adultos se encontraban en un club muy famoso de la zona, reunido con amigos y rodeados del sonido de la música que salia de los altavoces a todo volumen, haciendo retumbar el lugar. Solo fue un instante en el que sus miradas se encontraron, entre medio de tanta gente bailando y haciendo de las suyas,  pero eso solo bastó para que la conexión se diera, la chispa ya se había dado y solo era cuestión de tiempo para que el incendio se generara.  

La música dance house estaba a tope en el lugar haciendo que las personas saltaran de un lado al otro mientras movían sus cuerpos. En algunos casos se habían armado grupos o dúos con personas que se frotaban sin ningún tipo de pudor. La música que variaba en su forma invitaba a que hombres y mujeres, no importa quien con quien, juntaran sus cuerpos unos con otros al ritmo de la música y sus vibraciones.  Ese fue el caso de estos dos jóvenes, quienes entre tanto éxtasis del momento, junto con las luces parpadeando y moviéndose al ritmo de la melodía y sus retumbes marcados, cruzaron miradas y como si de imanes se trataran se atrajeron casi al instante. 

El castaño se acercó al pelinegro y lo tomó de la cintura para a traerlo hacia si y empezar a moverse de manera sensual junto con el ritmo de la música de ese momento. Mientras que el castaño sujetaba la cintura de su acompañante, el de cabellos azabaches posó sus brazos sobre los hombros del contrario y los paso por atrás del cuello de este. Una sonrisa coqueta se extendió por sus labios la cual fue respondida por su pareja de baile con una sonrisa de costado. 

La música retumbaba y ambos se seguían moviendo sobre el cuerpo del otro, sus respiraciones agitadas se fusionaron en un beso apasionado en el cual no había tregua para que entrara el aire a sus pulmones. Por falta de aire se separaron de los labios del contrario con un delgado hilo de saliva que los unía. 

En algún memento del tan agitado encuentro, y entre besos apasionados, ambos decidieron ir a un lugar más privado, por suerte el departamento del más joven quedaba cerca y usando el auto del mismo partieron hacia el lugar. El viaje, a pesar de ser corto, se hizo más rápido de lo normal entre toqueteos incesantes.

Apenas el auto apagó su motor, con rapidez salieron de este para hacer su trayecto hasta el ascensor entre más besos y caricias. Era una suerte que a esa hora el estacionamiento y los pasillos del edificio se encontraban desiertos, ya que les permitió una rápida llegada al departamento del menor donde entre tropezones y apenas pudiendo cerrar la puerta, un intenso baile apasionado se llevo a cabo. 

El castaño tiró a su pareja en la cama para rápidamente posicionarse encima de este para repartir más besos e ir explorando el cuerpo del mayor, mientras sus erecciones se rozaban entre ellas generando una fricción agradable para ambos. El azabache soltaba suspiros de placer y algunos gemidos, mientras el menor iba repartiendo besos por su cuerpo y estimulando sus pezones dándoles leves pellizcos y frotando sus pulgares en las puntas.