La cuestión de las bañeras...

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A pesar de la incomodisima charla que Lan QiRen intentó tener con WangJi sobre sus actividades nocturnas, estas no dejaron de ocurrir.  ¿Tan sólo un poco de decencia no era posible? 

Le recomendó o más sugirió de la forma más amena posible que alguno de los dos partidos tratara de hacer el menor ruido posible pero conforme pasaron las semanas era un hecho de que la voz de Wei WuXian era incluso más fuerte que antes.

En fin, QiRen decidió que lo mejor que podía hacer (tanto para salvaguardar su integridad mental y física) era tomar un té relajante antes de dormir y con mucha suerte por supuesto, no tendría que escuchar sonidos molestos. 

Así, transcurrió el tiempo en Receso de las Nubes. La presencia de Wei WuXian era más que bienvenida por los juniors que ansiaban aprender de su superior apenas tuvieran alguna oportunidad. A pesar de las quejas de los ancianos sobre los métodos que realizaba en las cacerías nocturnas, los resultados hablaban por sí solos. 

Con su sobrino en seclusión, muchas de las tareas ahora pasaban por él y WangJi.  No existía problema con esto. De por sí le apenaba la situación de XiChen y aunque relativamente el mundo de la cultivación se encontraba en paz, los problemas relacionados a los yao o la aparición de cadáveres feroces en los alrededores de Gusu seguían ocurriendo. No obstante, otras cuestiones también necesitaban su visto bueno. Como por ejemplo, los recursos de la secta. A pesar de que Gusu-Lan era un clan provisto de cierta riqueza también se los conocía por su recato y por alejarse de las frivolidades. En ese sentido, cada tanto debía revisar los libros de contabilidad. Solo les echaba una ojeada de vez en cuando. 

Una noche, cuando estaba por ir a acostarse revisando los registros de los últimos dos meses se dio cuenta de algo en particular. Por alguna razón, continuamente se mostraban gastos referidos a un carpintero que ha trabajado por al menos dos generaciones con la secta. Las cejas de QiRen se fruncieron al ver el motivo de estos cargos. 

Eran bañeras específicamente para los cuarteles de su sobrino WangJi y obviamente para Wei WuXian. 

Por momento QiRen deseaba poder gritar como los dioses mandasen pero luego recordaba las reglas con las cuales había sido criado y se le pasaba. Técnicamente. 

No se había dado cuenta de que las últimas treinta bañeras que habían sido pedidas por Lan WangJi. No pudo evitar preguntarse si no era mucho descaro por parte de su sobrino hacer tal pedido. 

No quería imaginarse nada, ¡no había que ser un genio para entender la razón!

Aún así, que cara tendría su secta al seguir encargando bañeras por la falta de control de esos dos. 

QiRen se tocó el temple, tratando de pensar. Por más desagradable e incómodo que fuera tendría que hacer algo. 

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Wei WuXian acababa de despertarse. Su querido esposo lo bañó y depositó recién cambiado en su cama, dándole un beso al despedirse para ir a buscar su desayuno. Un calor se depositó en el corazón de Wei Ying que sentía esta Luna de Miel no paraba nunca. Adoraba ser mimado por su esposo y no cambiaría absolutamente nada estar en su cama, en el JingShi, en la tranquilidad de las montañas de Recesos de las Nubes. Sí, todo era perfecto. 

Hasta que escuchó los golpes de la puerta.

-¿Maestro Wei?-

La voz que escuchó definitivamente no era SiZhui ni JinYi. Acomodándose la bata y poniéndose encima la túnica superior de su esposo, Wei Ying marchó hacia la puerta encontrándose con un junior, que suponía haber visto un par de veces junto a los demás niños en sus cacerías. El joven lo saludó y pudo notar que se había sonrojado. Bueno, no todos los días se ve al Patriarca Yiling recién levantado y ataviado con las ropas de Gusu Lan.  Una vista peculiar seguro. 

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2020 ⏰

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