El payaso plim pam

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Pura mentira, la verdad es que fui al Walmart a comprar un Chromecast y de regreso en el camión se subió un payaso a decir los típicos chistes culeros de siempre, la neta toda la gente venía bien amargada y nadie se rió, el wey se quedó serio y pacalas culeros, que va sacando una escopeta recortada y nos pega un cagadón, nos dice que nos caigamos con todo o mañana todos caen pal panteón, la neta yo sentí culero de pensar que no podría estrenar mi Chromecast, en eso me acuerdo que en la otra bolsa traigo el frasco de medio kilo de mermelada de fresa y me lo hago para un lado, el wey llega y me quita la cartera con los 371 pesos que traía y mi Galaxy Note Edge, obviamente también agarro la bolsa del Chromecast, en cuanto se dio la vuelta no lo pensé dos veces y le estrelle el frasco de mermelada en la cabeza a la verga, el wey solto la escopeta y se puso a chillar, era un pinchi cagadero cabrón, no se distingia de la mermelada y la sangre, en chinga un wey agarro la escopeta y se la apunto, recuperamos todas las pertenencias y bajamos al pinchi payaso culero en una avenida, el chófer me dijo que me la había rifado y me dio las gracias, nos pusimos a limpiar y comimos de lo poco que quedó de mermelada aunque sabía medio culero por la sangre del payaso.Pura mentira, la verdad es que fui al Walmart a comprar un Chromecast y de regreso en el camión se subió un payaso a decir los típicos chistes culeros de siempre, la neta toda la gente venía bien amargada y nadie se rió, el wey se quedó serio y pacalas culeros, que va sacando una escopeta recortada y nos pega un cagadón, nos dice que nos caigamos con todo o mañana todos caen pal panteón, la neta yo sentí culero de pensar que no podría estrenar mi Chromecast, en eso me acuerdo que en la otra bolsa traigo el frasco de medio kilo de mermelada de fresa y me lo hago para un lado, el wey llega y me quita la cartera con los 371 pesos que traía y mi Galaxy Note Edge, obviamente también agarro la bolsa del Chromecast, en cuanto se dio la vuelta no lo pensé dos veces y le estrelle el frasco de mermelada en la cabeza a la verga, el wey solto la escopeta y se puso a chillar, era un pinchi cagadero cabrón, no se distingia de la mermelada y la sangre, en chinga un wey agarro la escopeta y se la apunto, recuperamos todas las pertenencias y bajamos al pinchi payaso culero en una avenida, el chófer me dijo que me la había rifado y me dio las gracias, nos pusimos a limpiar y comimos de lo poco que quedó de mermelada aunque sabía medio culero por la sangre del payaso.

Vatos: Las historias mas extraordinarias de MéxicoWhere stories live. Discover now