EN UN CASTILLO

2K 113 45
                                    

POV EVELYN

-Quiero que dejes a mamá- fue la petición que me hacia Danae, quise reírme porque pensé que estaba jugando, al ver que su expresión no cambio en ningún momento, tuve que detenerme y tomar sus palabras con seriedad.

- ¿Por qué? - le pregunte después de ponerme de pie, sin querer tuvo que levantar la cabeza para poder verme, Melissa opto por observarnos.

-Dijiste que cumplirías mi deseo- me respondió desafiante, como si ya hubiera ganado.

-Muy lista, no cumpliré tu deseo.

- ¿Por qué? - fue ahora ella quien pregunto.

-Porque no me dijiste que te pasa, que yo recuerde no te hice nada malo.

-A mí no, pero a mamá sí.

-Explícate- me había perdido el respeto, me hablaba de tú a tú, teníamos confianza, pero no era esta, podría catalogar su comportamiento como una niña malcriada.

-No- y es todo lo que logre que dijera.

Más que preocuparme por la actitud y el estúpido deseo de Danae, lo que sentía era enfado, ira, molestia, etc... no luchamos y peleamos contra oponentes "más" grandes, incluido el estúpido destino, como para que una niña de 9 años sea quien se interponga en nuestra felicidad, y de verdad me asusta, porque Melissa me dejo en claro muchas veces que antes que todo, incluso yo, primero es su hija. En su momento lo entendí, ver a Taylor luchar como una fiera leona por Alexandra e incluso poner en pausa la relación que tenía con Alonso cuando Alex le confeso que no estaba de acuerdo con la relación que tenía su madre, pero por favor, ella tenía más de 17 años y sus argumentos eran válidos. No estaba dispuesta a ponerme a discutir con una niña.

Por mi propia iniciativa abordamos un taxi que tenía como parada final la casa de la señora Ada, nadie abrió la boca en el trayecto, por mi parte seguía incrementando mi ira. Ni bien aparco el taxi, Danae se bajó entrando corriendo a la casa. Melissa no quería ni verme a la cara, sabía lo que me diría, para mi suerte no tuvo el valor de decírmelo.

-Déjame hablar con ella.

- ¿Qué le dirás?

-Confía en mi- la atraje a mí para besar su frente, luego la abracé para finalmente entrar en la casa, Danae había dejado la puerta abierta. Lo que facilito mi ingreso.

En casa vi a la señora Ada, me miro extrañada, le pregunte por Danae, señalo una puerta y siguió con lo que estaba haciendo. Toqué la puerta señalada, no recibí invitación entrando de todos modos. La encontré sentada en su cama, podría apostar a que estaba esperándome, tome la silla que complementaba su escritorio colocándola delante de ella, tome asiento para mirarnos directamente.

-Te escucho.

- ¿Vez lo que tengo aquí? - me pregunto señalando sus oídos.

-Si.

- ¿Sabes para que sirven?

- ¿Cuál es tu punto Danae? - estaba llegando a mi limite, quería mucho a Danae, pero no iba a tolerar que jugara conmigo.

-Todos a mi alrededor creen que soy una tonta, que mis oídos están dañados y que no escucho sus ruidosas conversaciones. Sé que tú le hiciste daño a mamá por mucho tiempo, igual que papá. Ninguno debería estar con ella, por eso quiero que dejes a mamá.

-No puedo.

-Dijiste que, si te lo decía, cumplirías mi deseo.

-Lo se Danae, pero no puedo.

- ¿Por qué? - dijo ya parándose de su cama, quedando a centímetros de mí.

-Sé que no eres una tonta y ya que escuchaste todas las conversaciones de los adultos, debes saber que tu madre también me lastimo, no es una competencia, para estas alturas ya no importa quien daño más a quien- tome sus manitas entre las mías- me gustaría contarte toda la historia, pero aun eres una niña.

HASTA QUE TE RECUERDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora