Fiesta en el infierno

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II

Podía escuchar risas lejanas, una de ellas le era muy conocida, la risa de su madre. Hace mucho que su madre no reía, en los últimos siete años desde que su padre murió no recordaba escucharla reír así.

Tal vez al igual que ella extrañaba a su padre, era joven cuando se casó, tenía unos veinte años y su padre más de treinta; fue durante un festival del clan agua, su padre asistió y su madre bailó junto a su sirena como entretenimiento, fue divertido verla pelear con un usuario de kraken y ganar. Fuego y agua no combinan, pero aún así ellos se casaron y sus hijos heredaron su talento.

— ¿Cuánto piensas dormir?— esa horrible voz sacada de un mal sueño la obligó a abrir sus ojos.

— ¿Qué haces aquí?— Ahí estaba ese pelirrojo asesino. Su rostro inocente no concuerda con su alma. Eso explica como apareció en su cama si el último lugar que recuerda es la Academia.

— ¿Así tratas a tu novio?— preguntó con sarcasmo.

— ¿Quién mierda es mi novio si yo no recuerdo tener alguno?— contestó irritada.

— Ya veo porque... Tu madre se tragó el cuento de que soy tu novio. Ella no ve tan malo que sea cuatro años mayor, aunque tu hermano me quiere matar.

— ¿No vas a matarlo?— preguntó un tanto alarmada.

— Solo mato en legítima defensa. No soy un asesino. ¿Estarías más tranquila si los asesinados hubiéramos sido nosotros?

— No. — dijo con sinceridad. — ¿Qué paso con sus cuerpos?

— Zeldoria los quemó hasta hacerlos polvo, es una de sus habilidades.

— ¿Qué mentira hizo que mi madre y hermano te dejaran entrar a nuestra casa y a mi habitación?. — dijo dejando el otro tema a un lado.

— Soy tu novio, te mostré mi dragón y te desmayaste de la impresión...

— Eso se escucha... ¡Por donde lo escuches es estúpido! Parece una de esas metáforas que usa Jonathan cuando habla con el pervertido de Greg. — se cubrió  con las sábanas haciéndose bolita.

— ¡Jared tiene muchas razones para matarte!

— Ibas a enviudar antes de casarte.— Respondió en risas.

— ¡Quién querría casarse contigo!— gritó debajo de las sábanas.

—Al parecer tu madre está contenta por tu noviazgo y hará una cena en tu honor. También reclamó el hecho de que lo mantuvieras en secreto.

Se quitó las sábanas de encima y camino al baño, era de esperarse, la posición más honrosa que podría tener un inane era casarse con un numen y si ese numen era tan especial como ser el primer general del clan fuego entonces poco importaba que fuera una Rhett inane.

Judie Rhett brincaba de emoción, su hija tenía un pez gordo en la bolsa, por algo era su hija, con Aida casada con el líder del clan fuego ya nadie pondría en duda el legado de los Rhett, además su hijo mayor, tercer general del clan agua podía subir de puesto, si tan solo Jared hubiese sido otro usuario de dragón al igual que su padre, nadie dudaría de darle la primera posición y liderazgo del clan agua.

Usuario Mítico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora