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el olfato de un alfa se caracteriza por ser idéntico al de su lado canino. los alfas podían distinguir el aroma de su omega marcado entre cientos de omegas con esencias diferentes y nunca equivocarse. namjoon agradecía tener ese gran don ya que al aspirar un poco de la fragancia natural de su omega, su lobo gruñía y aullaba emocionado señalando lo mucho que necesitaba sentir a su predestinado contra su piel.
el amanecer de un típico domingo había comenzado despertando al alfa quien estaba irritado, se esforzaba en evitar la luz natural a través de las cortinas. su mirada descendió encontrando a su adorable omega abrazando su pecho, los cabellos rosados de su menor caían alrededor de su dormido rostro, sin poder evitarlo más besó la cabellera para luego inhalar una vez más la fragancia de su omega.
la dulce vainilla invadió sus fosas nasales y no tardó en sentir como su lobo aullaba de la emoción, namjoon hundió su rostro entre los cabellos de su omega. no podía soportarlo más, su lobo pedía a gritos atender a su predestinado, tratarlo como un rey y marcarlo una vez más como signo de un amor eterno.
── ya desperté nam, ya estoy despierto... ── una ronca voz llegó a oídos del alfa de piel morena, se alejó un poco para admirar la belleza natural de su menor. ver su lindo rostro un poco hinchado acompañado de un leve rubor en sus mejillas, su corazón latió desenfrenado ante la imagen angelical que presenciaba sus ojos. ── buenos días alfa.
── buenos días cachorro. ── respondió namjoon ── mi pequeño jiminnie se ve tan tierno, déjame llenar de besos tu linda cara.
jimin sonrió y gustoso asintió, al instante sintió un par de brazos sujetar su cintura con cuidado.
── te ── namjoon aprovechó cada pausa para dar dulces besitos, primero en su frente ── amo ── luego un beso en la punta de la nariz ── demasiado ── un beso a las rojizas mejillas ── cachorrito ... ── susurró antes de unir sus labios contra los ajenos.
ambas bocas encajaron a la perfección moviéndose con naturalidad, un ritmo lento se instaló y ninguno de los participantes pretendía apresurarlo. las feromonas de ambos se mezclaban en el ambiente creando un aura de aromas hipnotizantes y tranquilizantes para el otro, lentamente jimin fue levantándose sin separarse del beso quedando encima de namjoon quién no se había percatado del nuevo peso que se hallaba encima suyo. su omega es tan ligero como la pluma, como un lindo peluche puesto para dormir y abrazar como nunca.
la falta de aire se hizo presente y sin apresurarse se fueron separando pero no por mucho, sus frentes cayeron rendidas una contra la otra manteniendo ese agradable contacto de omega a alfa. namjoon no tardó en ocultar su rostro en el espacio libre que existía en el cuello ajeno y su clavícula, el moreno acercó su nariz contra la suave piel e inhaló el olor a vainilla por tercera vez en el día.
── namjoon, relájate un poco. me haces cosquillas ── habló jimin jugando con un hilo suelto en la pijama del moreno ── quiero desayunar alfa, tengo hambre~
── no voy a dejarte ir bebé, tu aroma me está volviendo loco. ── de inmediato sintió molestias en su dentadura, su lobo lo estaba dominando y la ansiedad de volver a marcar a su omega eran intensas y casi agonizantes. el cambio en sus feromonas fue notorio, jimin no tardó en reconocer que el aroma de su namjoon había cambiado un poco, dejó aquel hilo suelto en paz y con su mano libre estiró la tela que cubría sus clavículas para otorgar mayor espacio a su alfa.
el moreno besó la zona con cuidado, la humedecida correctamente y mordía con suavidad para acostumbrar a su pequeño. jimin ama las mordidas que les daba su alfa, aquella acción significaba el amor eterno y la renovación de sus sentimientos cuando se entregaron el uno al otro por primera vez, el dolor era momentáneo y el de cabellera rosada había perdido el miedo a eso pero su alfa era otro tema.
namjoon actuaba con cuidado y sin apresurar las cosas, no como su lobo que era un rebelde e impulsivo. cuando se trataba de su omega debía controlarse un poco y relajar sus instintos como ahora.
── a-apresurate namjoon ... ── suplicó el menor acariciando la melena oscura de su alfa, este último prosiguió a enseñar los colmillos y morder la cicatriz que pronto volvería a abrirse.
jimin gimió de dolor por la sensación punzante, los colmillos de un alfa dolían más cuando marcaban a sus omegas pero park es un chico fuerte, apretó los dientes reteniendo las ganas de maldecir. el pelirosado se aferró con fuerza contra el cuerpo que se hallaba debajo suyo, el dolor poco a poco iba disminuyendo y namjoon comenzó a lamer las gotas traviesas de sangre que salían.
para el moreno probar la sangre de su omega era idéntico al de un manjar, un fantástico manjar de dioses que él tenía el privilegio de saborear. los nudos se volvieron a conectar y ahora eran mucho mas fuertes que los anteriores demostrando el fuerte lazo que mantenía el alfa a su omega destinado.
── ¿estás bien, pequeño? ── retiró las lágrimas del rostro del apodado, dejó un casto beso en la frente y con fuerza lo estrujó contra sí. ── lamento haberte hecho daño, bebé, prometo recompensarlo con un helado.
el de piel más clara asintió con Ian sonrisa, abrió los ojos encontrando la sonrisa mas hermosa que vió en su vida. esa linda sonrisa con dos pequeños huecos a los costados. sin poder controlar sus instintos uno de sus cortos dedos tocó un hoyuelo ── ¡mi alfa es tan tierno!
namjoon rió mientras volvía a acariciar con su pulgar la mejilla rojiza de su omega ── claro que sí minnie, soy tu tierno alfa.
── ¿solo mío? ── jimin ladeó la cabeza como si de un cachorro se tratase.
── solamente tuyo, mi omega olor a vainilla.
── yo también soy tuyo, alfa mordelón. ── ambas narices se encontraron y estas se restregaron entre sí.
ellos sabían que lo tenían era hermoso y eterno, internamente agradecían a la diosa Luna de poder conocer a tal persona fantástica que resultaría ser su destinado. jimin y namjoon se sentía completos, como si ambos fuesen las piezas de un rompecabezas.
un rompecabezas que aún faltaba completar, el alfa y el omega crearían sus piezas y entre ellas se enlazaría como recuerdos de su relación, una relación eterna entre mordidas y aromas.
