Capitulo uno: Los desolados.

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Regina lloraba desconsolada en la oscuridad del departamento de su madre, no soportaba el dolor que la golpeaba en el pecho día a día como una sombra contundente, como si le respirara en la nuca recordando le lo solitaria y falsa que en realidad era su vida. 

Su coraza de mentiras, su mascara con la que salia todas las mañanas a realizar su vida, se desmoronaba poco a poco cuando cruzaba la puerta de su habitación al finalizar cada día.

Regina estaba desecha, mas aún por saber que ella era la responsable de sus desdichas, sabia que ella era la responsable por rodearse de gente mentirosa, falsa; gente de la cual sabia que no la querrían por su forma de ser, por su forma descarada de enfrentar los problemas a la cara, sin rodeos, sin mentiras, sin inmundos juegos burócratas de señoras de los '40.

Con esto no se proclamaba una victima, no se considera especial ni única, solo reconocía que había sido su error ser diferente, y era su equivocación diaria seguir reafirmándose como tal, en lugar de intentar perderse.

El claxon del auto de su novio Sam resonó por toda la habitación - mas mentiras- pensó. Regina ya estaba arta de tener que fingir y comportarse en publico para poder agradar, pero por ahora Sam era el único que la comprendía, no al 100% pero sí la entendía mas que muchas de las personas que la rodeaban.

Tomo su abrigo y minutos mas tarde abandono el edificio de su madre. Estaba decidida a no volver, y como si dejara su depresión oculta detrás meneo su melena junto con sus caderas y saludo eufórica a Sam.

-Hola Bombón- dijo. No le resultaba difícil ser excéntrica, extrovertida. en nada se le parecía esta Regina a la Regina que estaba hace rato llorando en la oscuridad.

Subió a la camioneta y  planto un sonoro beso en la mejilla de Sam dejando le una marca carmes en ella.

-Hola chicos- dijo entusiasta, a los chicos que estaban sentados en la parte de atrás- tenemos que recoger a Amy a una cuadra de su casa.

- Ni me lo digas- carcajeo Luke- no me digas que otra vez se les escapo a su padre.

- Por lo visto si, me comento que papi salio de viaje de negocios y la dejo con una nana anciana.

- y porque entonces hay que recogerla tan lejos?- cuestiono Derek, a lo que Regina encogió los hombros. El y Amy salían desde hace años, pero ninguno de los dos tenia intenciones de comprometerse, todos en el pueblo sabían que la madre de Derek nunca dejaría que su hijo saliera con la hija de un estafador bueno para nada.

Continuaron el camino a casa de Amy Montgomery en silencio, dos cuadras antes de llegar a casa de Amy, dos cuadras antes de llegar a la taberna de Sell.

Amy Montgomery esperaba paciente en la calle, sus largas piernas no tardaron en hacerse presente a los ojos de Derek, quien al instante de verla abrió la puerta de la camioneta.

- Mis niños- dijo al sentarse en la parte trasera- y ¿a donde hoy?

- Acamparemos en el medio del desierto- dijo Sam- técnicamente es un campo alejado del pueblo, pero sera nuestro desierto, alejado de padres y policías. Mi hermano me comento que el y sus amigos se reunían todas las noches allí a embriagarse.

- ¿Al campo de la familia Bojk? ¿Estas seguro de que nadie nos encontrara?- pregunto Regina con algo de preocupación.

 El campo de la familia Bojk, era un descampado de mas de 10 hectáreas poblado de algunos arboles un poco secos en la mayor parte del año, pero extrañamente a inicios de la primavera se veía fantástico, como en un cuento de hadas. ¿O acaso uno de terror?

En menos de 15 minutos habían llegado a destino, Sam freno la camioneta, y con lentitud se adentraron en el campo, los planes eran situarse lejos de la carretera, para que la policía no llegara a oír la música desde lejos.

Los misterios ocultos del pequeño Canterdale (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora