Concurso-b-o-o-k-s-∞ - Despiértame

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Miro mi reloj pulsera y suspiro, contenta que por fin logré acabar con el trabajo atrasado. Hacía más de dos horas que debía dejar la oficina, pero como las presentaciones para mañana eran urgentes, opté por pedir comida china y terminar de una vez por todas. Guardo el documento varias veces y bajo distintos nombre, no fuera cosa que por alguna intervención divina se perdiera.

Cuando subo a mi auto eran más de las nueve de la noche. El aire invernal comenzaba a sentirse bajo las capas de ropa, y la escases de estrellas convertía el firmamento en un oscuro paisaje. Después de varios intentos, logro poner en marcha mi viejo Chevy, adentrándome en la desierta carretera. Para llegar a mi casa debía atravesar una zona bastante descampada, donde la única compañía era una fila de árboles, esparcidos a los alrededores. La nieve había caído en pequeños copos, pero ahora forraban el lúgubre paisaje de un intenso blanco.

Enciendo la radio, y sintonizo una FM local. Las notas de la canción Bring Me Back To Life de Evanescense comenzaron a sonar por los estéreos. Me incorporo para tomar la última curva que daría paso a la entrada de mi barrio, cuando de repente los faros de un auto me sorprendieron. Todo pasa con tanta rapidez que hasta me parece irreal. Trato de esquivarlo, pero cada vez está más cerca de mí, hasta que doy un giro brusco y mi auto derrapa debido al agua congelada de la carretera. Si no hubiera estado tan ensimismada contemplando el desolado paisaje de ésos árboles desnudos, tal vez habría podido ver el auto que me embistió.

El coche impacta contra mi costado, provocando que mi Chevy vuelque y comience a dar tumbos. El espectáculo debe verse impactante si alguien lo mirara a lo lejos. Luces que giran sin control se distinguen en lo profundo del manto nocturno. Mi cuerpo empieza a doler en lugares, en donde jamás creí sentir dolor. Un líquido espeso y caliente desciende desde mi cabeza. Con la poca fuerza que poseo, me zafo del cinturón de seguridad y salgo por la ventanilla del auto, ya que éste se encuentra dado vuelta.

Me arrastro unos metros, mirando el horrendo panorama que dejaba atrás. Quedo suspendida en la helada carretera, el invierno se avecinaba de lo más frío, y en ese momento puedo sentir el aire gélido calar en lo más profundo de mis huesos. Observo la oscuridad se cerniéndose sobre mí, antes de poder distinguir unas luces rojas y azules que se acercan a lo lejos. Me dejo llevar por la inconsciencia, pensando si mis compañeros encontrarían la presentación que había guardado para el día siguiente.

Unas voces me traen a mi realidad, al menos eso creo. Puedo escuchar la desesperante conversación de los paramédicos, pero mi cuerpo no responde a mis primitivos impulsos de decirles que estoy bien, que puedo oírlos.

Hay que conectarle la vía respiratoria —dice una dulce voz femenina.

¡Se nos va, se nos va! Conecten el desfibrilador, rápido —grita un hombre.

Siento que algo me succiona, como si una fuerza superior estuviera jalando de mí, llevándome a través del famoso túnel, con la luz blanca al final del camino. Estiro mi mano para tocarla, porque estaba tan cerca que puedo sentir su calor atravesar mi cuerpo. Pero de un momento a otro, me veo suspendida en una especie de limbo y vuelvo a escuchar las voces de mis salvadores.

¡Está de vuelta! Su pulso se ha estabilizado.

Después de asegurarme de que me habían devuelto a la vida, me dejo atrapar nuevamente por la oscuridad.

Bip, bip, bip.

Esos sonidos me atrajeron. Intento abrir los ojos, pero cualquier esfuerzo por levantar los párpados es en vano. Solo mi sentido auditivo estaba completamente en alerta. A lo lejos puedo oír una conversación.

DespiertameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora