Conociéndonos.

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Tenía que presentar mi idea de negoció, me moría de pánico, iba a ser evaluada y me dirían si me financiarían la idea, la verdad no quería que me la financiarán yo solo quería graduarme, me habían contratado para una de las empresas más grandes del país, seria una muy buena oportunidad para mi hoja de vida aparte si lograba ser lo suficientemente buena podría ascender en el trabajo.

Voltee a ver el reloj de mi pared era muy viejo, tallado a mano en madera, me parecía hermoso y por eso le había rogado a mi abuela que me dejara tenerlo, marcaban las cuatro de la mañana, tenía que levantarme, la universidad quedaba al otro lado de la ciudad, había entrado con una beca muy generosa, pero me quedaba a dos horas de camino, me levante y mire la ropa que estaba encima de mi silla, mis padres habían trabajado mucho para comprarme ropa que se viera elegante, no era de marca por que ellos desaprobaban los imperios grandes del capitalismo y decían que uno podía vestirse bien sin necesidad de tener ropa de marcas pretenciosas.
Fui a la ducha, la casa estaba en silencio era la única que se levantaba a esa hora, faltaría media hora para que mis padres se levantara y empezaran alistar a mis hermanos para ir al colegio, tenía dos hermanos que eran gemelos, tenían doce años y para mi eran mis muchachos, había trabajo medio tiempo durante mucho tiempo para ayudar con los gastos y que a ninguno nos faltara nada, vivíamos del día al día, no éramos gente de pobreza extrema pero tampoco teníamos muchas comodidades; ya había terminado la ducha y estaba de pie frente al lavamanos mientras me cepillan los dientes, me di una mirada al espejo, no era una mujer fea, tenía el cabello tan largo que me caía sobre los senos y los cubría, tenía un capul para que mi cara se viera más tierna y redonda, era bastante Blanca entonces mi cabello contrastaba ya que era negro, tenía unos ojos color gris y bastante pecas en las mejillas, no era una súper modelo pero tampoco era fea, simplemente era una mujer normal, me dirigí a mi cuarto para vestirme, era un vestido de sirena color rojo con unos zapatos negros de tacón, debía arreglarme muy bien para la presentación, hoy me iría en un carro particular para no tener ningún problema ni con mi vestuario ni con las cosas que tenía que llevar.

Ya iba en el carro, iba de copiloto por que odiaba ir en los asientos de atrás, aparte esos asientos iban ocupados con las cosas que llevaba. Mi celular vibró y me sacó de mis pensamientos, era mi amiga Chloe, era una de mis amigas más queridas, ella iba a exponer la idea conmigo, venia de una muy buena familia, el dinero no era algo que le preocupara aparte era demasiado hermosa tenía un cabello crespo hasta los hombros que se le veía hermoso, siempre tenía un labial hermoso en los labios y era lo suficiente delgada como para ser modelo.
Recién se levantaba, la había despertado su mayordomo con el desayuno en la cama, no lo decía para alardear por que ella sabía que no era alguien de dinero, solo que para ella eran cosas tan comunes que ni siquiera pensaba cuando las comentaba,

Chloe: Amiga ¿ya vas para la universidad.
Yo: Si linda, voy en el auto para allá.
Chloe: Perfecto yo terminare de arreglarme y salgo para la universidad, nos vemos a las siete, besos.

Voltee el celular y seguí mirando por la ventana, ya habíamos entrado a la parte adinerada de la ciudad, se veían carros de marcas famosas y casas espectaculares, para mi era muy bonito pasar por ahí todo se veía limpio, fresco, habían muchos lugares al aire libre, ya iba saliendo el sol, las nubes habían tomado un color naranja hermoso, no me molestaba el no tener tanto dinero como Chloe o cositas así, soy feliz con mi vida.

Señorita, señorita -me dijo el conductor- discúlpeme

Señor? -se me hizo extraño, no habíamos cruzado palabra en el camino- ¿Qué se le ofrece?

Usted es una señorita muy guapa -me dijo mientras me miraba- quería saber por qué estaba vestida así.

Señor por favor mantenga la vista en el camino -le dije señalando a la calle- voy a una presentación de mi universidad.

Si fueras tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora