Solo déjate llevar.

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2 semanas después. 

Estaba sonando el teléfono, eran las cinco de la mañana, tenia que levantarme para ir al trabajo, estaba acostada mirando el techo, la verdad tenia muchísimas ganas de ir al trabajo, me molestaba que tuviera tanto entusiasmo por ir al trabajo, yo sabia que no era por que amara mi trabajo, era por que sabia que vería a Eitan, me había empezado a gustar, obviamente no le había dicho a nadie, me mantenía muy cuidadosa con el, me había vuelto muy consentida por el, respetaba mi trabajo, pero en el almuerzo y los descansos para tomar café salíamos juntos, ya había tenido un regalo conmigo, se me hizo algo tan tierno, me dio un pocillo para tomar Café, tenia mi nombre en muchos idiomas, de color rosado, no quería recibirlo, pero el dijo que solo era un detalle de bienvenida, me encanto, la verdad tomaba café solo en ese pocillo, lo usaba todo el tiempo en la oficina, no dejaba que Eitan se diera cuenta, según el yo casi no usaba el pocillo. 
Entro un mensaje a mi celular, habían pasado ya 10 minutos desde que me había despertado, mire la pantalla del celular era Eitan, me había enviado un mensaje, sin poder contenerlo sonreí instantáneamente y se me acelero el corazón, no quería leerlo tan rápido seria algo intenso, pero me moría por saber que me había dicho. 

Eithan 5:10am: Hola Len (Me encantaba cuando el usaba ese apodo solo para mi) espero que tengas una bonita mañana, me gustaría que llegaras 10 minutos antes, para desayunar contigo, quedo atento linda. 

Casi brinco de la cama de la emoción, me moría de ganas por ir a desayunar con el, era un hombre maravilloso era todo un caballero y demasiado encantador; no sabia que ponerme, o como arreglarme o como maquillarme, quería verme muy bonita para el desayuno de hoy, me iría en el metro para llegar mas rápido, me tocaría coger mucho transporte para llegar pero igual seria más rápido. 

7:30 am. 
Estaba en frente de la entrada a la firma, estaba algo nerviosa, no podía dejar de mover los pies contra el piso, tenia unos tacones de tacón corrido, eran más cómodos, no sabia cuanto iba a caminar o algo así, tenia una falda café con una camisa color hueso, pensaba que me veía bonita, pero me daba cosa, que tal no le gustara como me veía, tenia el cabello muy crespo, me había echo dos trenzas para que el cabello se viera crespo, no podía dejar de ver mi reflejo en las puertas de cristal, me había maquillado con una sombra café difuminada, me había maquillado muy bien la verdad, hasta me había contorneado la cara, no me veía tan diferente la verdad, solo algo mayor, no podía dejar de pensar en que diría Eitan cuando me viera, estaba algo angustiada, aparte era el segundo chico que me gustaba, me había gustado un joven pero hace mucho tiempo. 

Len -Sonó la voz de Eitan detrás mío, no me había dado cuenta que estaba detrás, la verdad estaba mirando mis zapatos- Te ves...

Yo me gire para verlo a la cara, era guapísimo, tenia una camiseta roja, un pantalón negro y chaleco negro también, aparte sentí el olor de su colonia, era deliciosa, una fragancia que me trasportaba al mejor de los paraísos. 

¿No te gusta como me veo? -Me mande las manos al cabello, hace mucho no lo usaba así, debía verse horrible- Yo sabia, fue algo muy atrevido mi cabello. 

No, no, al contrario -Mando su mano y me lo acaricio como si fuera de cristal- esta precioso, te ves demasiado hermosa. 

Mi corazón se acelero, casi me mando y lo beso, desde que lo conocí tenia curiosidad de saber como se sentirían sus besos, me los imaginaba suaves, delicados, mientras me sostenía con sus fuertes brazos; se me escapo un suspiro que Eitan escucho, era la primera vez que el veía que me robaba un suspiro, sus ojos se iluminaron, el me veía de una manera que sentía que las piernas se me debilitaban. 

Eitan -Era la voz de una mujer y al parecer sonaba muy enojada- ¿Qué estas haciendo? 

Era la chica de ojos verdes y cabello negro, su cabello era lizo, pero demasiado, la verdad era de estatura bajita, yo tampoco era muy alta de por si tenia una estatura promedio, pero a pesar de que sus tacones eran muy altos y los míos no tanto, quedábamos a la misma estatura. Eitan no le había dicho nada solo la estaba mirando, pero no la estaba mirando feo, ni con desagrado, su mirada era neutra como si no estuviera viendo nada, en cambio la mirada de ella estaba llena de odio y desagrado, si podría comerme lo hubiera echo. 

Tarsila -Pronuncio Eitan también, de una manera muy neutra- Un placer verte. 

Le dio un leve y corto abrazo, la mirada de ella cambio por unos segundo mientras lo miraba a el, luego volvió su desagrado. 

No puedo decir lo mismo Eitan -Dijo mientras se acomodaba la chaquetilla que traía- o bueno, por ti si, sabes que es un placer para mi verte, pero no a la señorita. 

Sin pensarlo di un paso al frente acortando aun más la distancia que nos separaba, Eitan me tomo suavemente de la mano, y me acaricio, su tacto era caliente, reconfortante, la molestia había desaparecido. 

Tarsila, tu y yo podremos ser muy conocidos y todo lo que tu quieras -Dijo bastante serio, casi molesto- Pero a Leonie ni a nadie tienes por que hablarle así, solo por lo sucedido entre nosotros, aparte aun sigo siendo tu jefe y te exijo el debido respeto que se merecen todos mis empleados, por favor. 

¿Lo que había sucedido entre ellos? eso casi me hace desmayarme, ella debería ser una de sus ex novias y por eso no me quería, sentía celos, yo no era nadie así que supongo que no tendrían motivos sus celos, yo se que le gustaba a Eitan, pero igual ella era su ex novia. 

Que pena y me disculpo con usted -Dijo Tarsila con una cara de hipocresía y falsa disculpa- No volverá a suceder señorita Leonie. 

Yo solo asentí tratando de mantener la compostura y no molestarme por su falsedad, Eitan se disculpo con ella por que nos íbamos a retirar, camino conmigo cogido de mi mano, estaba totalmente intrigada por que había sucedido entre ellos. 

Es aquí donde vamos a desayunar -Dijo señalando un restaurante vegetariano- ¿Te gusta?. 

Me encanta -Siempre había querido comer en un restaurante vegetariano- ¿Cómo sabes que soy...

Te he observado en el almuerzo, las comidas -Dijo mirándome algo apenado- Comias y jamás te vi comer un pedazo de carne y para estar más seguro hable con Chloe y me puso al tanto de tus alergias.

Yo me sonreí, no pensé que se tomaría tantas molestias por mi, entramos al establecimiento, nos atendió un mesero, joven, la verdad podría ser de mi edad, nos sentamos en una mesa de pareja, Eitan me indico que se levantaría un momento a saludar a alguien, yo estaba nerviosa, saque mi celular mientras esperaba, Chloe me había saludado, ella estaba fuera de la ciudad ateniendo unas cosas con su madre, no pude aguantar y le escribí lo que estaba pasando, que estaba enamorándome de Eitan cosa que me ponía muy ansiosa, no sabia que hacer, no quería enredarme con un niño rico que luego podría salir lastimada, justo para cuando envié el mensaje llego Eitan, desayunamos muy rico y aparte lo disfrute muchísimo, hablamos como si fuéramos amigos de toda la vida, a veces se me olvidaba que éramos tan diferentes, terminamos de comer, yo estaba dispuesta a pagar mi parte. 

Claro que no -Dijo Eitan rechazando mi dinero- ¿Cómo lo voy a recibir? 

Pues de la misma manera que yo acepte la invitación -Le dije ya algo molesta- No quiero que me gastes nada, yo pago mi parte, punto. 

A regaña dientes acepto, la verdad era esa, yo no quería ni un más mísero centavo de el, tenia mi dinero, para poder cubrir mis gastos. 

Ya nos traen el excedente -Dijo acomodándose en el asiento- Leonie, voy a decirte algo. 

Me asuste cuando dijo mi nombre completo, hace mucho no me decía así, pensé que seria algo malo. 

Me gustas -Me pasme, solo escuchaba sus palabras en mi cerebro y veía sus ojos- No solo me gustas Leonie, me fascinas, desde el primer momento en que te vi. 

Yo no respondía, no podía siquiera pensar, solo en sus palabras, supongo que me puse pálida por que entorno los ojos y me tomo suavemente una mano y dijo: 

-No es necesario que respondas ahora, solo quería que lo supieras, por que deseo algún día sientas lo mismo por mi- 

Sin decir una palabra más nos retiramos del restaurante, íbamos en silencio hasta la empresa, en eso vibro mi celular, lo saque para revisar quien era, un mensaje de Chloe, tres simples palabras 

"Solo déjate llevar"

Si fueras tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora