• Suéltame, por favor, no sigas....
▪No digas nada, muñequita. ( le tapa la boca y sigue su juego asqueroso).Se oyen pasos
•Abuela... ( susurra la niña mientras llora de miedo y vergüenza).
~Tranquila, no pasa nada, no vuelvas a quedarte sola otra vez... vamonos (habló la señora mientras le lanzaba una mirada asesina al monstruo que jamás se inmutó por sus actos).Desperté de aquella pesadilla que me ha perseguido desde el momento en que sucedió, cuando apenas tenía 4 años y que perturbaba mis sueños y no perdonaba ni siquiera que esa mañana cumplía 15 años.
~ ¡Feliz cumpleaños! - gritaron mamá y mis pequeñas hermanas.
~Gracias - dije mientras sacaba una sonrisa muy bien maquillada.
No fue el gran día como estoy segura sí lo fue para muchas niñas de mi edad, pero fue por decisión propia, no había para mi nada que celebrar, la amargura me mataba. Recuerdo que lloré mucho ese día, no quise salir de mi cuarto y nadie me reclamó era mi deseo que fuese así, y en ese día como posteriormente en muchos se hacia lo que yo quería
Sin duda hay cosas que a uno lo marcan hasta el fin de sus días, hay secretos compartidos sínicamente, actitudes inexplicables y como en todo: consecuencias irreparables.
Nunca me atreví a contar nada de esto , solo tres personas supimos que pasó aquella tarde en aquella casa de campo que de un momento a otro se volvió mi peor pesadilla. Nunca hubo un perdón y menos castigo. Solo mucho odio, que cada vez era más difícil ocultar.
Ese día entre cuatro paredes y luego de muchas lágrimas me juré no atormentarme más, pero antes, juré vengarme de la peor manera ( equivocada decisión).
Transcurrieron los días, y mi idea de dejar todo atrás no paraba de darme vueltas en la cabeza, pero no de una manera positiva, por el contrario me lastimaba solo pensar todo lo que había vivido. Y es que cuando me refiero a todo, no hablo solo de aquel episodio siniestro de mi infancia, hablo de todo...... ¿Y a qué me refiero? Pues bueno, como ya lo dije anteriormente, acababa de cumplir 15 años, soy la mayor de 4 hermanos, la primogénita de una pareja bastante inestable, vengo de una familia donde todo el mundo está clavado en lo suyo, desde los más grandes hasta los más pequeños, mamá tan enfocada en su trabajo, papá en su mundo de fracasos, las niñas aún viven la rutina que deberían, ya saben, el colegio, los juegos, etcétera, y finalmente estoy yo, tan metida en mis cosas y siempre cerrándome a darme a conocer totalmente por miedo a la opinión pública, metida hasta el tuétano, en tareas escolares, grupos de ayuda humanitaria, talleres de teatro, política para jóvenes, negocios improvisados y todo aquello que mantuviera mi mente ocupada y de paso me hiciera resaltar, aunque la verdad siempre casualmente ante todos los de mi alrededor.
Para la gran mayoría era la adolescente perfecta: una estudiante destacada, una hija que siempre ayudó a solucionar los problemas de su hogar, una hermana que casi casi hacía el papel de madre, liderando siempre el grupo, ayudando en lo que podía, entregada al mil por ciento para que todo salga bien. Pero cuándo llegaba el final del día, y me tiraba en mi cama, por muy cansada que estuviera, no era capaz de sentirme satisfecha por mis logros, ni siquiera por saber que estaba haciendo más de lo que debía para mejorar un poco la vida de todos, tenía tantos amigos, pero me sentía tan sola, tenía tantos logros pero mis errores pesaban más para mi, ante todos estaba bien pero nunca fue así, no lograba perdonarme ser quien realmente era cuándo quitaba todos mis méritos y de mi solo quedaba la chica mala y llena de manchas.
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No escaparás
RandomTenía demonios acechandola día tras día, no la dejaban un segundo, eran parte de ella, los amaba y aborrecía al mismo tiempo, le destrozaban el alma lentamente, ella quería escapar, pero había un problema: no se puede huir de uno mismo. Te atreves a...