cinco

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-- JiMin, cariño, buenos días ... -- 

El joven arrugó su nariz tapando su rostro con las sábanas color canela que le cubrían el cuerpo, no sabía qué hora era, pero estaba seguro de que no era una hora normal para despertar y estar descansado 

-- JiMin-ah... -- Volvió a llamar su madre destapándole apenas un poco -- Sé que te prometí que hoy desayunaríamos juntos, que haríamos tortitas y tu batido favorito... -- Susurró ella con voz temblorosa, su hijo no le miraba pero sabía que le estaba escuchando -- Pero no puedo, me han llamado de un caso de urgencia, tengo que ir a por un pequeño... perdón, mi vida -- 

La mujer dejó un beso sobre la cabeza de su hijo y salió de la habitación mientras se colocaba el abrigo y se iba de su hogar a toda prisa. Solo cuando la puerta principal se escuchó ser cerrada fue que JiMin alzó su rostro para tomar su teléfono, seis y media de la mañana

-- Te vas, como siempre -- Musitó rodando en su colchón

Esa había sido siempre si vida, no había otra 

Su padre pasaba demasiado poco tiempo en casa, con suerte JiMin conseguía verle más de dos semanas al año, y su madre siempre estaba totalmente entregada a su maldito trabajo

La situación no cabía en la cabeza de Park ¿Por qué tanto interés en dedicarse a los hijos de las demás personas, si estaba descuidando al suyo propio? 

Sin querer pensar más el rubio dejó su teléfono en la mesita de noche y se acostó intentando poder dormir otra vez, aunque un dolor punzante se estuviera instalando en su pecho sin permiso alguno 

-- Que le jodan a todos -- Dijo contra la almohada, estaba cansado de esta situación; solo quería dejar de sentir


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-- ¿Qué dices? ¿De verdad? ¿No me mientes? -- Preguntó YoonGi haciéndose el sorprendido

Tenía a una pequeña de seis años sentada en sus rodillas mientras esta asentía con una sonrisa de oreja a oreja 

-- ¡Te lo prometo, oppa! ¡Se me cayeron los dos dientes a la vez! ¡Mira, mira! -- 

El pálido no pudo evitar echarse a reír cuando la infante abrió su boca para enseñar su dentadura, efectivamente le faltaban dos dientes, totalmente adorable a la vista del chico

YoonGi estaba más que feliz, el trabajar en el centro con esos niños solo había hecho que estuviera aún más seguro de que su futuro debía de estar dedicado a la enseñanza, ver a los chicos sonreír por pequeñas e inocentes cosas le hacía sentir bien,  sentía que tenía sentido intentar hacer un mundo mejor 

-- RyuJin, debes de terminar tu tarea... -- Advirtió la madre de JiMin con una sonrisa, paseándose por el pasillo con un montón de comida en sus brazos la cual debía de dejar en el comedor

Don't leave me || Yoonmin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora