Si no se droga, ella no siente nada.

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Se prometió a si misma no enamorarse, no romperse el corazon otra vez más.

Aunque ella deseaba sentir, volver a ser ella. Que sus ojeras, de adorno se convirtieran en una sonrisa, aunque el dolor no se iba.

La droga la mantenía viva, era la única que la hacía reir, solo ella le hacía ver cosas que nunca había visto.

Ella le ayudaba aunque por dentro la mataba, era un amor sin sentido, entre una adolescente y sus pastillas de colores para el dolor de cabeza.

En el baño del instituto.

Por las mañanas.

En la terraza junto a sus amigas.

Una más, una menos, no le hiba hacer daño, que mas dá si junto a ellas era " feliz".

Hasta que volvío a enamorarse, se agrietó y dejó pasar un sentimiento de necesidad. Necesitaba sentirse querida.

Era algo que no había sentido nunca, algo inexplicable. Ya no necesitaba más su bolsita con pastillas de colores, solo lo necesitaba a él.

El volvío ha romperle el corazón, habrío la bolsita, se llenó la mano de ellas y intento sentir de nuevo algo que la hiciese sentir;

aunque no despertó.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2014 ⏰

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