tus ojos ciegos y tus oídos sordos eran una mezcla caótica, espero que sea lo mismo que te guíe a un fin más cercano.
que tus propias palabras te corten la lengua.
que tus propios hechos se devuelvan a ti.
que te vean de la misma forma que todos me ven por tu culpa.
que tú misma ates el nudo de tu soga.
mantente ocupada buscando dónde colocarla y preocupate en dónde quieres terminarte.
por mí, terminarías bajo tierra sin que nadie pudiese encontrarte.
pero lamentablemente gritas mucho y detesto el ruido.
suerte con tu propia mente, maldita escoria.