lana ; luzuplay

@ uno.

raúl veía el pálido rostro del castaño mientras titubiaba levemente.
las gotas que caían desesperadas del cielo empezaban a ser molestas para el par, solo esperaban llegar pronto al hogar del pelinegro.

— no era necesario que me acompañaras hasta casa, eh — luzu volteó a verlo.

— lo sé, pero no iba a dejarte ir solo a estas horas, le prometí a tu madre que te regresaría sano y salvo. — soltó una leve sonrisa ante su propio comentario.

el contrario sólo lo miró molesto, odiaba que fuera verdad.
su madre era muy sobreprotectora y pocas veces eran las que lo dejaba ir a una fiesta.
luzu sabía de esto, pero no dejó de suplicar para que el contrario asistiese, finalmente, cumplió con su cometido.

— ¿cuánto tiempo llevas así? — de pronto, lo sacó de sus pensamientos.

— ¿qué? —

— joder, pescarás un resfriado si sigues así, ponte esto. — retiró su suéter lentamente para luego dársela a su amigo, quién, no entendía nada de la situación y miraba el abrigo con un gesto de confusión.

— eeh, luzu, te estás mojando... —

— no importa, sólo , póntelo o tu madre me matará. —

el menor tomó el suéter y cuidadosamente se lo puso teniendo la vista de su amigo en él, lo que lo hacía ponerse aún más nervioso.
acomodó la prenda, tendiendo las arrugas con la palma de su mano.
cuando se sintió listo, bajó la mirada tratando de verse, una lástima porque no lo logró.
sonrió al ver la cara de su amigo,  tenía un gesto enternecido en su rostro.

— ¿qué pasa? ¿me veo mal? —

— ¡no, no! al contrario, luce mejor en tí que en mí... —  el castaño negó nervioso con ambas manos.

raúl agradeció por el cumplido y sonrió.

ambas almas siguieron avanzando en un silencio cómodo.
el pelinegro vió la luna en su máximo esplendor junto a las estrellas que parecían bailar alrededor de ella.
la lluvia cesó en un momento, pero Raúl no se había dado cuenta pues se encontraba viendo los ojos azules de su amigo.
estrellas irradiaban en ellos.
pero luzu nunca se había dado cuenta que lo miraba hasta que todo terminó.

oh, querida noche del 3 de diciembre.
te odio tanto.