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Después del caos en el club de literatura, Kyle y yo tuvimos una conversación homogénea en todo lo que duro el receso, para luego ir a nuestras respectivas clases y culminar el día.

A la mañana siguiente desperté con pocas ganas que me quedaban y miré la hora, eran las 4:00 am, decidí levantarme ya que era sábado, como siempre esperé a que mi café estuviese listo para luego empezar a hacer las cosas pendientes. A las diez y veinte María despertó, reclamándome el hecho de no estar lista aún puesto que ella sabía que en realidad no iba a prepararme rápido.

-Vaya, juro que si no te preparas te preparo yo.

-Preciosa, no es como que tú seas más rápida

-Pero de mí se espera, de ti no, Sofia.

-Yah, iré a hacerlo

- ¡Más vale que sea rápido.

-¡Adiós, te amo!

Suspiré cuando al fin llegué a mi cuarto y me miré en el espejo ¿Qué debería llevar a una fiesta? . Luego de ese gran debate decidí llevar una top blanco, de tirantes y de flores con un pantalón de mezclilla azúl y un cinturón negro; combinados con mis botas negras de siempre. Al salir llevaba mis brazos alzados puesto que necesitaba amarrar mi alborotado cabello, alcé mi mirada y de soslayo pude ver a María vestida con una preciosa camisa manga larga blanca, una camisa de tirantes a cuadros encima y un pantalón negro con unas botas también. Me dediqué a seguir con lo mío y cuando terminé la elogié con un bonito piropo.

Cuando ambas estuvimos listas la puerta sonó a lo que fui a mirar; en ella estaban mis hermanos, vestidos todos muy bonitos haciendo juego con sus personalidades.

-¿De verdad? Nadie me advirtió que ustedes iban a venir, no quiero, me niego, fuera.

-Vamos, será divertido, ahora ve a cambiarte –Habló mi hermano mayor, de nombre Loize.

-Pero, así voy

-Oh, ni lo creas. –Habló esta vez el menor de los tres, Samuel

Luego de que ellos pasaran y obviamente yo no me cambiara, Kyle y Náforeth, los hermanos de mi amiga, llegaron. Emprendimos rumbo y justo cuando entramos a el edificio donde iba a ser la fiesta empezamos a escuchar la música, al entrar un fuerte humo  nos golpeó a todos, y no era de esperarse más puesto que en la fiesta mitad de las personas bebían y la otra mitad tomaba o se toqueteaba. 
Empecé a asustarme y tomé la mano de mi hermano mayor, a lo que este me miró con lástima.

-Lo lamento, estoy bien, sólo me llevé una fuerte impresión, entremos. – Me excusé.

Y así transcurrió nuestro primer lapso de tiempo en esa fiesta, con ''impresiones fuertes'' por mi parte. Cuando empecé a acostumbrarme me quedé sola sentada en una esquina viendo como por un lado los hermanos de María bebían con los míos y María y Loize bailaban en el centro de todo, por mientras los miraba empezaba a pensar por qué había aceptado si este no era el tipo de cosas que realmente me definía hacer, hasta que de nuevo Kyle me sacó de mis pensamientos.

-Volviste a irte

-Te acostumbrarás

-¿Quieres salir para no tener que gritar?

Asentí y salimos, pasando entre cuerpos desnudos que seguramente se habían desmayado.

-Y bueno ¿Lo disfrutas? –Pregunté

-No mucho, pero aseguro que más que tú sí

-Era de esperarse

-¿Cuál es el problema con lugares como éstos?

-No tengo una muy buena experiencia con la gente o las fiestas de este tipo.

-Bueno, supongo que no es la mejor fiesta para buscar una historia de amor, pero no creo que sea tan horrible como lo pintas

Y sonrió.

Esa maldita sonrisa de nuevo, tan perfecta.

-Cuando esos dos despierten no recordaran ni en cuantas camas han estado ¿Y me vienes a hablar de historias de amor? –Reí, haciendo alusión a los cuerpos tirados cerca de nosotros; una chica y un chico semi-desnudos y abrazados

❛ろくでなし愛
❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora