Un nuevo día diferente.

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Eran mediados de Mayo cuando comenzó la catástrofe, pero no lo sabíamos aún.
Parecía un día normal, había ido a trabajar como todos los días al Hospital, hoy no tenía qur trabajar en la ambulancia, me tocaba hacer guardia con los residentes. Desde las calles se notaba el alboroto, no le di importancia, la gente suele ser bullunga, a veces. Yo lo sé, bastante. Así que entré a la sala de urgencias y ahí estaban. La cantidad de personas accidentadas, era preocupante, de igual forma mantuve la calma.
Estaba por comenzar a atenderlos, a mí me tocaban los primeros auxilios, cuando los teléfonos comenzaron a sonar. Parecía que se habían vuelto locos los móviles. Hasta que...

-Disculpe, señorita. No puede encontrarse acá, esta es la sala de emergencias.

-Señora, ¿puede poner el noticiario? Por favor, es urgente.

Confienzo que esa actitud impertinente me molestó, de igual forma, hice lo que me pidió. Allí lo vimos, tumultos de gente, militares en las calles. Todo era una locura. De repente, sonó la alarma de "Desastres". Eso los alteró peor, estaba sonando en toda la ciudad, en todo el país. Estaban muy asustados, comenzaron a correr. Ni siquiera podíamos hacer que mantengan la calma, el lugar parecía un psiquiatrico fuera de control. Se suponía que nadie podía entrar y salir de la sala así como así. Y todo ese día fue una locura inmensa. Pude terminar mi turno. Esperé a que todo se pacifique un poco, nada pasó. Tuve que salir para dirigirme a mi casa, la humanidad había enloquecido. Los autos se chocaban, entre sí, con árboles. Las personas, todas violentas; en lugar de ayudarse, se aprovechaban. Traté de no meterme en nada. Parecía todo un sueño.
Me llevó 3 horas volver a mi hogar,por la cantidad accidentes. Hasta que llegué, ya estaba tranquila. Me dirigí a mi estudio, tratando de pensar por mi misma lo que estaba pasando, tratando de encontrar razones o motivos, no encontré nada. Solamente pude escuchar a lo lejos el sonido de mi puerta.
Fui tranquila, pero los golpes eran cada vez más fuertes, tumbaban el lugar. Parecía que la iban a tirar abajo. Hasta que la abrí y ahí estaban ellos

- Antonina Smith, soy el Coronel Cain Splenders, de la Fuerza Naval de Argentina. Necesito que nos traduzca algo.

- ¿Por qué vinieron hasta aquí?

- Porque sabemos sobre sus habilidades en la captación del lenguaje. Sabemos que tiene un Doctorado y que es experta en su trabajo.

-¿cómo puede ser que sepan eso? Yo nunca ejercí esa profesión.

-Señorita, sabemos que hizo viajes a distintos lugares del mundo. Sabemos que realizó investigaciones que nunca llegaron a concluírse. Sin embargo, demuestra ser la más calificada.

-Esta bien, pasen.- No tenía idea de lo que estaba haciendo, pero de alguna forma ya estaba metida en esto y tenía que averiguar de lo que se trataba.
Me entregaron un audio, en donde sólo se oían sonidos, todo era normal hasta que...-iutergs- lo que parecía una palabra, en realidad no lo era, pero no me podía que quedar afuera de esto

-¿Puede decifrar lo que dice?

-Señor, bueno, no... no puedo entender lo que parece ser algo más que solo un sonido.

-No tuvo problemas para traducir el lenguaje persa antiguo.

-No, Señor, porque ese lenguaje ya estaba escrito y lo sabía.

-Eso quiere decir que no lo puede traducir.

-Sólo digo que no puedo deducir lo que dicen, através de un archivo de audio. Quizá es más complejo que esto, si tan solo pudiera estar ahí con ellos yo...

-Ya veo por dónde va, usted es una investigadora que nunca concluyó sus hipótesis, lo sabemos. Pero no necesitamos que haga de esto, uno de sus nuevos proyectos.

-Señor, sólo digo que...

-¡Maldición Smith!- eleva su tono- Sólo necesitamos una maldita traducción sobre ese archivo. Objetos no identificados se posicionaron en 12 partes del mundo. Y a usted esto le parece emocionante. Sabía que perdería mi tiempo.- se estaban yendo, no podía permitirlo.-

-"iutg".- El coronel se frena-

-¿Qué dijo?

-En persa, signifaca "hablar". Quiza quieren comunicarse con nosotros. Coronel, se lo pido. Los puedo ayudar.

-Olvidelo Smith- Y esas fueron sus últimas palabras.

El resto del día, no paré de pensar en lo que podía estar pasando. "Objetos no identificados" ¿qué estaba pasando en el mundo? ¿acaso estabamos por ser atacados por alienígenas? Comencé a pensar tanto, que la cabeza me estaba por explotar del dolor y la incertidumbre, por no saber lo que pasaba. Así que decidí acostarme y dormír un poco.
Me sumergí en un sueño profundo, hasta que sentí un luz muy resplandeciente en mi rostro. Estaba aturdida, asustada. Mi corazón se aceleró y cuando miré por mi ventanal, vi un helicoptero. Bajé corriendo las escaleras, fui hasta mi puerta. Habían vuelto.

-Smith...

-¿Señor?

-Está contratada, pero quiero que sepa que es de extremada confidencialidad, nada de esto podrá ser para futuras investigaciones con un propósito individual.

-Lo entiendo. Denme 15 minutos.

-Salímos en 3.- me cambíe lo más rápido que pude, tomé lo necesario y corrí hacia afuera. Estaba emocionada, las sensaciones que invadían mi cuerpo, no las podía describir.
Subí, aseguraron mis cinturones y partimos a la base militar. Por fuera, parecía todo muy calmo. Por dentro, era un alboroto impensable, de no creer.
Por un lado, soldados que sabían hablar distintos idiomas, comunicandose con otras bases militares, de otros países. Por otro lado, teníamos a los "médicos sin fronteras", voluntarios del lugar. No entendía porque estaban allí, hasta que vi a algunos civiles recostados en camillas, algunos retorcidos de dolor, otros palídos, parecían en shock.
El coronel me acompañó hasta un sector en dónde me esperaban algunos médicos, me dijeron que me tenían que poner una vacuna que me iba a proteger de los posibles daños que podía recibir al estar en contactos con estos entes (radiación, asfixia, etcétera). No entendí la necesidad de esto, ya que me iban a exponer a algo que no sabían si era danino, de igual manera acepté.
Me explicaron los efectos colaterales que podían surgir luego de su aplique, nada pasó. Estaba en perfecto estado. Quizá yo era inmune a muchas cosas, quizá solamente la emoción que invadía mi cuerpo no permitió que surgieran los efectos.

Luego de dos horas esperando, el coronel me llevó a otro sector de la base donde se encontraba el que sería mi equipo de investigación. Tenía que ser la lider, iba a manejar todo lo que ocurriría. Ellos tendrían que someterse a mis ordenes, siempre bajo el mando del coronel y del secretario del ministro.
Tengo que decir que si algo no me gusta de entrada, no puedo evitar molestarme, me impide trabajar. Pero en este caso, mis impulsos que suelen jugarme en contra, iba a tener que controlarlos. El secretario del ministro, era muy arrogante. Se creía el superior de todo y de todos, trataba mal a sus colegas. Pero se olvidaba que él también estaba bajo el mando de un superior, el presidente. Así que decidí ignorarlo y concluir con mi trabajo.

Mi equipo estaba conformado por 3 investigadores, 5 expertos en lenguaje e idiomas y 2 científicos expertos en lenguaje no verbal. Tenía todo lo que necesitaba, sólo nos faltaba conocer a lo que nos íbamos a enfrentar.
Desde que había llegado, nadie me había dicho lo que pasaría, no me habían describido a los entes. Sólo sabía que yo iba a ser la transmisora de ellos. Todo se volvía desesperante.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2020 ⏰

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