− ¿Y cuando me vaya? −Cuando mis ojos se clavan en los suyos, él ya está mirándome con el ceño fruncido− ¿Me echarás de menos?
−¿Por qué debería echarte de menos sí no somos nada?
Quiero decir que no me duele, que no he sentido algo romperse en mí.
Trepa por la cama hasta el borde donde hace unos momentos estaban nuestros pies y donde estoy ahora sentada, dándole la espaldas. Acaricia uno de mis brazos y en el otro, apoya su cabeza sobre mi hombro después de depositar un beso en el.
−¿Me dejarás besarte una última vez? −Su pregunta me hace girar mi cabeza hacia la suya, quedando a escasos centímetros de su boca, que él mira con deseo.
−¿Por qué debería besarte, sí no somos nada?
Me levanto y retiro todo el contacto con esa persona, con las mismas ganas que tiene él de besarme y con las mismas que me quedo yo.
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Catalina Sprouse lo tiene todo y siempre lo tendrá, excepto el billete de su libertad y de su sueño: estudiar lo que le apasiona en el lugar que siempre a deseado. Ezra White, en cambio, no tiene nada excepto su música y unas relaciones problemáticas y peligrosas. Sus caminos no estaban previstos a enlazarse pero por desgracia (o quién sabe sí por suerte) acaban de juntarse algo más que sus grupos de amigos y creando ellos mismos su propia historia de... No sé muy bien de qué.
