S e r e n d i p i a {Daryl Dixon}

C a p í t u l o 2: Tripas

-Eh, ¿Estáis bien ahí dentro tíos?- dijo la voz y Rick se levanto, golpeandose en el hierro

Adara cogió el mando.

-¿Tú te diviertes burlándote, capullo?- dijo molesta y Rick se lo arrebató

-Hola, hola- dijo Rick

-Estáis ahí... Empezaba a dudar- dijo la voz

-¿Dónde éstas? ¿Ahí fuera? ¿Puedes vernos ahora mismo?- dijo Rick

-Sí, os veo, estáis rodeados de caminantes. Eso es lo malo- dijo

-¿Hay algo bueno?- dijo Rick

-No- contestó Adara obvia a la vez que el hombre del tele-comunicador

-Oye, quien quiera que seas, no me importa decirte que esto nos preocupa un poco- dijo Rick

-Jo tío, pues si los vierais desde aquí, os daría un ataque- dijo la voz

-Si no nos ha dado ya, no creo que nos dé- murmuró Adara

-¿Nos das algún consejo?- dijo Rick

-Sí. Que intentéis salir corriendo- dijo

-¿Es todo? ¿Que salgamos corriendo?- dijo Rick

-Estúpido- bufó Adara y Rick le dio una mirada de advertencia

-No es tan tonto como parece. Ahora tenéis ojos en el exterior. Queda uno encima del tanque, pero los otros se han unido al banquete que se están dando con el caballo. ¿Me seguís?- dijo

-De momento- dijo Rick

-Vale, hay menos al otro lado del tanque. Si salís ahora, mientras están distraídos, habrá una oportunidad. ¿Tenéis munición?- dijo

-Está en la bolsa que se me cayó, y las armas. ¿Podremos alcanzarlas?- dijo Rick

-Olvídalo, ¿Vale? Ni se os ocurra. ¿Qué lleváis encima?- dijo la voz

-Voy a ver- dijo Rick y soltó el mando, ambos rebuscaron y encontraron prácticamente nada.

-Tenemos una beretta, con un cargador. 15 disparos. Y una taurus con prolongador. Otras 15- dijo Adara por el tele-comunicador

-No los desperdiciéis. Saltad por el lado derecho y continuad por esa dirección. Hay un callejón más allá, 50 metros. Llegad hasta ahí- dijo la voz

Rick me arrebató el mando.

-Eh, ¿Cómo te llamas?- dijo y Adara rodó los ojos

-¿No me has oído? Tenéis poco tiempo- dijo

-Vamos- gruñó Adara

-Ya- dijo Rick cogiendo una pala

Salieron del tanque, y Rick golpeó al caminante con ella. Saltaron del tanque y corrieron, disparando a los que se acercaban.

Adara apuntó a uno.

-¡No, soy yo!- gritó un asiático y ellos le siguieron

-¡Vamos vamos!- gritó y subieron por unas escaleras

Adara iba detrás del asiático

-¡Rick!- gritó ésta

-¿Pero qué haces? Vamos subid- gritó y subieron lo más rápido que en toda su vida.

Pararon a unos pocos metros, recuperando el aire.

-Que espectáculo, Bonnie y Clyde. ¿Os creeréis los sheriffs, que vienen a limpiar la ciudad?- dijo el chico