Cuanto darias para vivir

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Estoy aburrida del mismo sitio, no salgo hace semanas, no hablo, no como, no respiro.
Otra vez veo esa sombra debajo de la puerta, nunca le hable pero si hay algo o alguien más vale la pena saberlo
- Oye - Grito lo más fuerte que puedo y la puerta se abre
- Una dama no debería gritar así - dijo un hombre alto de unos cuarenta años, con piel pálida, cabello negro y ojos azules
- ¿Es necesario ser una dama hasta en mis propios sueños? - Pregunto intentando descubrir más sobre todo esto
- ¿Quien te ha dicho que estás soñando?, y de ser así ¿Quien te ha dicho que es tu sueño? - lo miro sin dar crédito a lo que está pasando, un producto de mi mente se ríe de mi, es justo lo que me faltaba
- Esta claro que es un sueño, no soy capaz de sentir mi respiración - dije bastante harta del asunto
- ¿No has llegado a pensar que estás muerta? - Claro que no lo había llegado ni a considerar, no puedo estar muerta, y de estarlo ¿Donde está el cielo o el infierno?
- No hay - dijo como si leyera mi mente - Todos se hacen la misma pregunta, lamento informarte que no hay nada más que esto, bueno... creo que solo un pequeño detalle
- ¿Que es? - pregunte desesperada, si había una forma de volver tenía que saberla, sin importar cual fuera
- Esta la suerte - Ya se me ha agotado la paciencia
- ¿Quien demonios tiene suerte o se sentiría afortunado de estar aquí? - le grite al borde del llanto
- No te pongas así preciosa, yo no he dicho que tengas suerte de estar aquí, solo mencioné que algunos tienen suerte, la suerte de elegir
- ¿Elegir que? - pregunte, ya un poco más calmada
- Solo te preguntaré una cosa ¿Cuanto darías para vivir? -
- Daría todo, lo que tengo y lo que no, solo devuelva mi vida
- ¿Darías a tu hermana? - Mi hermana mayor, era una chica amable, linda, trabajadora, ambiciosa y soñadora, todo el mundo la quería, empezando por mi, mi hermana siempre estuvo ahí cuando la necesité, fue la persona más comprensiva del mundo, sé que no le importaría estar para mi una vez más y salvarme
- Si, se que ella se sentirá orgullosa de salvar mi vida -
- No es tan fácil - Dijo acercándose a mi y entregándome algo frío y metálico, un cuchillo- esta noche ve a tu casa y cuando esté dormida córtale el cuello, así podrás volver a vivir, el tiempo regresará, así que nadie notará la diferencia, solo será como si en tu lugar hubiera estado ella

Una semana más tarde

Desde esa conversación entiendo la suerte que tuve, la suerte de tener una familia que hizo todo por mi y una hermana que me amo.
Ahora estoy en otra habitación igual de fría y sola donde se escuchan grito cada vez más fuerte, aunque nadie parece escucharlos.
Tengo que ir cada día a una puerta esperando a que alguien me llame, me costo entender que él precio de la vida es lo que estás dispuesta a hacer por los demás y sobra decir que mi vida, en estos momento, vale menos que nada.




Esta fue mi primera historia espero que les guste

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