Supongo que todo es mental, llevo años viviendo en la misma casa y no logro que el ambiente cambie, siempre es sombrío y triste.
Me mude aquí cuando tenia cuatro años, era una casa grande de dos pisos con tres cuartos, el de mis padres, el de mis hermanas y es mío. Tanto el cuarto de mis padres como el mío estaban en el segundo piso, mientras que el de mis hermanas estaba abajo. La casa en ocasiones se llenaba de una peste horrible debido a que uno de los baños siempre se inundaba cuando llovía, este estaba en una posición parecida a un sótano y se encontraba debajo de la escalera que conectaba ambos pisos. Teníamos un patio grande con piscina y una casa de juegos, (que siempre me pareció bastante extraña) además había un camino de piedras que llevaba el patio delantero el cual no era tan grande y solo tenia un árbol, pero lo importante es que en medio del camino de piedras estaba la parte de afuera de la chimenea y como toda la casa estaba hecha a ladrillos se podía escalar hasta llegar al techo. Mi cuarto tenía un balcón, por lo cual a mis hermanas y a mí se nos ocurrió hacer una carrera que consistía en: escalar la chimenea, correr por el techo hasta llagar al balcón y saltar para lograr llegar a este, el que tocara una campana que estaba colgada al borde del balcón ganaría. Nunca pensamos que saldría tan mal.
Ese día nos levantamos temprano ya que debíamos hacer la carrera antes de que mis padres despertaran, ya que estos nunca nos dejarían hacer semejante locura. Apenas había salido el sol y las tejas estaban húmedas por el rocío, la falta de luz y que todo estuviera resbaloso hacían de esto algo más que peligroso, pero nada nos detuvo. Empezamos a subir la chimenea, Primero llegaron las gemelas seguidas de mí, ya que trepar nunca se me dio bien, afortunadamente les saque ventaja en la carrera por el techo, lo que fue complicado gracias a lo resbalosas que estaban las tejas, logre saltar hasta el balcón detrás mío estaba Lucia y por ultimo Alejandra, la cual resbalo por la humedad y termino cayendo al piso, cuando Lucia y yo fuimos a ver que pasaba nos encontramos con que nuestra hermana estaba tirada en el suelo, y que por mala suerte todo su cuerpo había pegado en el piso y no el césped. Llamamos a nuestros padres lo más rápido que pudimos, y cuando ellos bajaron había un charco rojo debajo de la cabeza de Alejandra, mis padres llamaron una ambulancia que se llevo a mi hermana junto a mi mama, papa nos llevo a en su auto hasta el hospital, vi como entraban a mi hermana en una sala con puertas blancas, pero jamás la vi salir igual.
Hace años que vivo aquí, después del divorcio no volví a ver a mama, papa se fue hace unos años y a veces lo visito, pero el nunca viene aquí, supongo que esta casa le trae malos recuerdos, la que si viene a visitarnos es Lucia, y aun que no lo pueda decir estoy seguro que Alejandra puede sentirla y verla, por más que no abra los ojos
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Terror, amor y poesía
RomanceCapítulos independientes sobre cómo el amor y el miedo influyen en la vida