Su respiración se encontraba totalmente irregular, sus labio inferior temblaba y de su pálido rostro bajaban heladas gotas de sudor.
Aquel chico que entre sábanas se movía al fin logró despertar, aún muy agitado. Su mirada se perdía en el blanco techo de la habitación. Bastaron unos segundos para que el chico se levantase de la cama, seguido de un fuerte bostezo. Sin muchos ánimos se arregló el cabello y se dirigió a la cocina.- Buenos días Hwang -El lindo chico saludo con radiante energía y metálica sonrisa, acompañado con una tibia taza de café en su mano derecha.
- Buenos días. -Fue bastante corto y seco, sin muchos ánimos, algo particular en las mañanas del más alto.
- ¿Con el pie izquierdo nuevamente? -Preguntó con un tono bastante bromista, más agudo de lo normal, un poco irritante para Hwang.
- ¿Tú crees? -Respondió con una forzada sonrisa, dirigiéndose a la cafetera, y así llenando una gran taza blanca, con un lindo dibujo de un gatito, acompañado de un "miau" encerrado en una burbuja de diálogo.
- Mejor dejo de molestarte. A propósito me voy mañana, ya no tienes que preocuparte por seguir cuidándome, mamá dijo que ya era tiempo de que dejara tú apartamento, no puedo seguir aprovechándome de ti. -Formuló de forma tranquila, dirigiendo una mira bastante rara al mayor, para ser exactos "indescifrable".
- Ya era hora, no tenía ganas de echarte a patadas, pero ya te lo estabas buscando, eres todo un aprovechado Jeongin, mejor ve a hincharle las pelotas a tu novio y no a mi. No soy tu niñera, ni mucho menos tu madre. -Habló acercándose al menor, mientras miraba sus ojos de manera desafiante, sonriendo de forma cínica al terminar.
- Pero eres mi lindo primo, y me amas. -Lo que era realmente cierto, Hwang amaba a su delicado primo, simplemente era como un hermano menor para el, lastima que no lo demostrase, aunque de cierta manera, Jeongin lo sabia. El menor tiró un beso en el airé, claramente dirigido al chico delante de el. Dejo unas cuantas palmadas en su mejilla del más alto y se dirigió a la habitación que el mayor le había prestado ya hace unos meses, con un marcador vaivén de caderas.- Fue un gusto hospedarme aquí, volveré quien sabe cuando.
- De eso estoy seguro- Respondió, moviendo sus manos, provocando que un chorro de café machara su pijama y mojara parte del piso.- Mierda..
- Y entonces le di mi número y aún no sé si...
- ¿Llegaron hace mucho? -Hwang se metió en la conversación de dos lindos chicos, con característicos colores de cabello. Uno de ellos tenía su cabello completamente azul y unas lindas mejillas, similares a una ardilla (según sus amigos) y el mayor de los tres, quien llevaba su cabello negro completamente, con finos labios y una linda bufanda de gatitos.
- No, sólo llevamos...- Miró su reloj unos segundos y volvió a mirar al recién llegado.- Tres horas, casi nada ¿No crees Minho?.
- No seas así, tal vez Hyunjin tenía sus razones, pero claro, no se le ocurrió avisarnos que llegaría tres malditas horas tarde, dejándonos congelar aquí.- Hyunjin sólo soltó una carcajada y tomó asiento al lado de uno de los congelados chicos.
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"The color of happiness"
Short Story"El color de la felicidad" Sin metáforas, bastante.