Prólogo

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Un apartamento en Nueva York  como tantos otros, muebles de segunda mano y paredes de un blanco aséptico. No hay fotos, ni ningún tipo de objeto que nos pueda facilitar la identificación del dueño. Lo que llama la atención en este lugar tan ordenado y limpio es unas pocas prendas de hombre y de mujer esparcidas por el suelo que nos conducen hasta el dormitorio. La puerta de la habitación está entre abierta y por la rendija se pueden escuchar gemidos ahogados.

Al entrar vemos que no hay diferencia con el resto del apartamento, excepto que en el centro hay una gran cama cubierta por una colcha de un rojo muy intenso. Sobre ella se encuentra una pareja totalmente desnuda mirándose fijamente el uno al otro. El rastro de la joven muestra alivio y felicidad, el de su compañero sorpresa y miedo.

Se separan el uno del otro colocándose uno a cada costado de la cama, ella se levanta casi de inmediato y con una sonrisa deslumbrante se coloca en un sillón blanco que hay justo delante viendo como su amante se aprieta de forma desesperada el estómago.

-Estos últimos momentos son los más gratificantes-dice la joven sin poder evitar una leve carcajada, mientras al hombre con el que yacía en la cama momentos antes se le cierran los ojos poco a poco.

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