Capítulo 2: No me olvido de ti

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Abro los ojos, me levanto y me dirijo a la cocina de donde cojo un cuchillo. Con él en la mano me vuelvo a subir hacia mi habitación, pero me detengo enfrente de la puerta de la habitación contigua, la abro y observo a mis padres mientras duermen tranquilamente. Me acerco a la cama hasta estar tan cerca como para acariciarle el cabello a mi madre y desvió la mirada hacía mi mano derecha que alza de manera amenazante con el cuchillo apuntando directamente al corazón de está. Cuando vuelvo a mirar su rostro, sonrío  complacida y bajo la mano con determinación.

 

Me despierto con el corazón en un puño y sin pensármelo dos veces me levanto y corro a la habitación de mis padres, ¿qué hago aquí? O ¿dónde estoy? son preguntas de las que no me importa saber la respuesta solo necesito saber si mis padres se encuentran bien. Así que al abrir la puerta y ver que sus pechos se mueven, que respiran, suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo y sonrío al darme cuenta que todo era un sueño.

Miro el reloj de mi muñeca que marca las tres de la mañana como siempre, sabiendo que no volveré a conciliar el sueño bajo a la biblioteca a leer algún libro. Al entrar veo una figura sentada en uno de los sillones enfrente de la estantería dando la espalda a la puerta, a mí. Me acerco lentamente llevándome la mano derecha a donde debería estar mi arma “¿Dónde estará?” Enciendo la lamparilla que se encuentra en un contado del sillón y …

-¿Qué demonios estás haciendo en mi casa?-susurro lo bastante alto como para despertar al chico de pelo negro y rostro relajado, pero no al resto de la casa.

-Buenos días, preciosa-murmura arrastrando las palabras aún en ese espacio entre el sueño y la vigilia.

-¿Qué estás haciendo en mi casa?-repito

-Técnicamente no es tu casa-dice mientras me reta con una mirada cada vez más despierta.

-¿Qué estás haciendo en MI casa?-repito cada vez más enfadada.

-¿Te encuentras bien?-ignora mi pregunta de nuevo

-¡¿Qué cojones estás haciendo en mi casa?!-repito de nuevo más alto y temo haber despertado a mis padres. Mi miedo se confirma cuando oigo gritar a mi madre.

Ignorando a mi compañero me dirijo hacia la habitación de donde procede el sonido. Al llegar encuentro a mi madre en la puerta de una de las habitaciones de invitados en estado de shock mientras mi padre la intenta sacar de allí, ya que en la cama hay totalmente desnuda una joven pelirroja muy parecida a mi con un cuchillo clavado en el corazón. Y sobre su cabeza hay una nota , seguro escrita con su sangre, clavada en la pared.

-Esta es mi habitación-dice una voz a mi espalda “Me ha seguido” pienso mientras se acerca a la nota y la lee en voz alta- No me olvido de ti guapito. FELICIDADES COMPAÑERO.

-¿Oleis eso?-pregunto y a continuación todos, Nikolay, mi padre y mi madre que se está recuperando, empiezan a olisquear de forma ostentosa.

-No ha limpiado-murmura Nikolay

-¿Nikolay puedes llamar a la científica?- el tono que empleo es amable y hace que Nikolay salga de sus cavilaciones y se vuelva hacia mí extrañado, pero yo no le devuelvo la mirada porque no puedo apartarla del cadáver de la mujer y del cuchillo que tiene clavado en el pecho, tan parecido al de mi sueño.

A las pocas horas la casa de mis padres está repleta de policías y agentes de CSI  que buscan huellas o cualquier evidencia que nos de alguna pista sobre la asesina, mientras yo estoy con mi madre porque se que necesita verme, necesita estar segura que esa chica no era yo.

-¿Alice puedes venir un momento?- pregunto Nikolay desde la puerta le respondo asistiendo levemente y le digo a mi madre que volveré en un segundo.  Cuando me levanto mi madre me sigue con a mirada hasta que desaparezco por la puerta.

-¿Qué quieres?- pregunto algo más borde de lo que pretendía por tener que separarme de mi madre y dejarla sola.

-El forense aún no ha llegado tu padre nos está ayudando mucho mientras tanto- le miro acusándole de haberme llamado para decirme algo que ya sabía-Hemos encontrado otra nota, pero está estaba en la boca de la víctima y va dirigida a ti-dice mientras me tiende la nota en un sobre para pruebas.

El juego ha cambiado FBI

Al día siguiente me despierto en mi escritorio del a Sede del FBI con la cara apoyada en una chaqueta y tapada con otra algo extrañada miro a mi alrededor y veo a Nikolay que aún sigue en su escritorio mirando los documentos del caso. Sin prestarle demasiada atención me voy a prepararme un café.

-Café solo sin azúcar-digo cuando me acerco a su escritorio minutos más tarde y le pongo en la mesa una taza-¿Has encontrado algo?

Niega con la cabeza sin apartar la vista del expediente

-Quiza…- murmura para si mismo mientras reúne alguna de las hojas del caso y se arrodilla en el suelo. Empieza a juntarlas creando un dibujo con las manchas del café.

Al reconocer la imagen dejo caer mi taza y salgo corriendo a mi coche.

-Debería conducir yo-dice Nikolay dando vuelta a las llaves de mi coche en el dedo índice de su mano derecha.

-Vale-digo y me dirijo rápidamente al asiento del copiloto-¿Abre?-su rostro expresa asombro mientras abre el  coche y se pone al volante

“Esto no puede ser, noles puede haber ocurrido nada. Debería haberme quedado con ellos, lo sabía. Ella seguía ahí no sé cómo se ha ocultado, pero esperaba a que todos nos fuéramos y…”

-Estarán bien, tranquila-dice Nikolay interrumpiendo mis pensamientos intentando calmarme.

-¡No puedes saberlo!-le grito y antes de que pueda decirme alguna otra frase tonta de consuelo le ordeno que siga conduciendo y que se calle.

Al llegar a casa estoy muy nerviosa solo puedo ver en mi cabeza la imagen de mis padres muertos en su cama con un cuchillo en el corazón. Hasta que Nikolay me llama y me devuelve a la realidad.

Entro sin vacilar a la casa y con la pistola en las manos camino por ella hasta llegar a la habitación de mis padres la cual abro lentamente temiendo ver lo que puede haber en su interior. Lo que veo me deja muda y sin capacidad de mantenerme erguida. En el lugar donde cuando tenía  7 años había tallado un lauburu, el símbolo que Nikolay al unir algunos documentos del expediente, se encontraba colgado un corazón chorreante.

-¿Alice alguno de tus padres a sufrido un ataque cardiaco?-pregunta Nikolay mirando desde donde se encuentra el corazón. Niego con la cabeza desconcertada- Entonces  este corazón no es de ninguno de ellos.

“¿Entonces de quién?”

Tinta RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora