Diario de Kyo
XX/XX/1995
Querido diario:
¡Por fin regresé a Japón! Y he comenzado el tomo 7 de mi vida, no puedo creer que este hábito siga presente, según Yuki es raro que un chico tenga un diario, pero debido a que siempre lo he hecho no me lo parece en absoluto, además escribir es un desahogo, plasmar lo que me pasa día a día me permite razonar sobre mis decisiones o recordar con detalle las locuras que he hecho a lo largo de estos 17 años de vida. Aunque creo que ella no ve los diarios de esa forma sino como algo que solo chicas "cursis" hacen, afortunadamente no voy a dejarme llevar por sus comentarios, me siento tan seguro de mi hombría como para dejar de escribirte sólo porque ella lo crea un hobby meramente femenino.
Hoy fue un día sorpresivo, divertido y triste al mismo tiempo, una montaña rusa de emociones que entenderás mientras te cuento los hechos, por la mañana me reuní con el "Japan Team" – así nos llamamos entre nosotros - para ir a comer, fuimos a un sitio de ramen que le gusta mucho a Goro-san, aunque Benimaru casi da el grito en el cielo por "todas las calorías" que tiene la pasta, supongo que como modelo es normal que se preocupe de esas cosas, a nosotros dos nos parece más que divertido hacerlo enojar al quedarnos de ver en sitios de comida chatarra, claro que para la siguiente se desquitara pues siempre nos turnamos en escoger y no creo equivocarme cuando digo que nos llevara a un buffet de ensaladas; he de decir que como siempre que nos vemos intentó darme un beso de despedida al estilo americano o Francés, el cree que no me doy cuenta, pese a que muchas veces es bastante obvio y por qué no decirlo, acosador. Pero me coquetea a dos milímetros de lo descarado, y eso que lo diga un japonés es que es demasiado – claro que debido a la diferente cultura en la que crecimos para él parezca normal, pero en definitivo a un año de conocernos debe saber de sobra que a los nipones nos gusta el respeto por el espacio personal. Sin embargo, intento tomarlo siempre por el lado del humor, no me queda más, en primera porque es un amigo a quien quiero mucho y en segunda porque estos no son momentos para preocuparme por pequeñeces, pues algo importante se aproxima.
Como mencioné al principio fue un día lleno de sorpresas, y eso es porque al llegar al puerto todos los pasajeros comenzamos a descender, había dos escaleras por las cuales podíamos bajar, desde donde estaba distinguí a Goro y a Benimaru esperándome por la escalera errónea, quería sorprenderlos así que no les grité ni llamé su atención de ninguna manera, pude notar de pronto que una persona se abalanzó sobre ellos, era una mujer por lo que pude percibir debido a su vestimenta, llevaba una máscara extraña, su mano iba directo al rostro de Nikaido, afortunadamente pude lanzar una estela de fuego que además de hacerla retroceder nos dejó ver su rostro, y no era otra que aquella mujer rubia que el año pasado nos llevó al Black Noah, el barco de ese loco de Rugal Bernstein, las personas nos miraron mientras corrían ya que estoy seguro que ninguna de ellas presenció antes el fuego nacer de las manos desnudas de alguien; una sonrisa burlesca apareció en las facciones de la mujer, quien con sensualidad sacó de entre sus senos un sobre, se lo tendió a Benimaru quien hizo un gesto de repulsión debido al lugar de donde lo había sacado, fue Goro quien lo tomó, los tres nos sorprendimos al ver la R grabada en él.
- Mi jefe me ha pedido que les diga que le encantaría verlos nuevamente en su torneo, y que si no asisten sería una lástima pues desea agradecerles lo del año pasado. – su sexy voz tenía un dejo de malicia y sarcasmo.
Nikaido estuvo a punto de responderle algo, pero cuando alzamos las miradas de la carta esa mujer ya no estaba, era como si un fantasma nos dejase la invitación una que no podíamos ni queríamos rechazar. Daimon guardó el sobre en su chaqueta y nos dijo que ya quería comer ramen, le seguimos sin decir nada más, ya en el local escogimos una de las mesas del fondo, la camarera nos llevó la carta, pedimos un ramen con cerdo y Benimaru con naruto. En medio de la mesa reposaba el blanco papel con la R impresa y el sello de cera aun intacto, no tenía demasiado caso abrirlo, sabíamos de qué trataba y quién lo mandaba, solo debíamos decidir si iríamos los tres, por mi parte estaba claro que no podía dejar de vengar la muerte de mi padre, ese bastardo pagaría por todo el sufrimiento causado a mis padres.
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Nikki
FanfictionDos diarios, dos miradas de los mismos acontecimientos, niños, adolescentes, hombres, ¿ambos se ven de la misma manera?