TENTH DAY: UNFORGETTABLE

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DIARIO DE KYO

xx/xx/1997

Querido diario:

Han pasado dos meses desde el último encuentro con Yagami y no me ha vuelto a responder los mensajes, tampoco me ha llamado... joder, me escucho como novia abandonada... pero creí que (al menos una pequeñita parte de mi lo hacía) podríamos ser amigos – al menos-. No pensé que hubiese sido tan desagradable esa tarde para él. Debo ver el lado positivo, he entrenado más horas al día, pues al hacerlo dejo de pensar en... todo. Mis padres me han estado apoyando al 200% y mis amigos ni se diga. La que no está contenta con tanto ajetreo es mi prometida. La que por cierto dio el grito en el cielo cuando llegue a su casa casi a las 11 de la noche; por obvias razones ya no tuvimos una navidad romántica, debo admitir que pese a todo no me arrepiento de las decisiones que tomé ese día, fue completamente diferente a lo que esperaba con Yuki y aun así me llenó mucho más.

Cambiando de tema a algo más ¿alegre? Dependiendo el sentido con que se tome, ha llegado ya la invitación para el torneo de este año, bastante pronto por cierto, no la esperaba en realidad, al menos no en el mes que estamos. Me pregunto si lo estará organizando otra vez Chizuru... aunque no traía más que un sello extraño... menos mal que no era una "R", claro que todo lo de Orochi debería preocuparme ¿me estaré confiando? Es que sencillamente no puedo apartar las cosas con el pelirrojo, me altera y me crispa los nervios no saber de él. En fin, sin desviarme además de la invitación llego también a mi vida un extraño sujeto, según el cual estamos en la misma escuela – no recuerdo haberle visto antes – se llama Shingo... creo, en realidad mi mente al estar hecha un lío apenas y recuerda las cosas esenciales como despertar y respirar. Lo cierto es que no le presté demasiada atención, me regala comida como pago de los entrenamientos que le doy, aquí entre nos es un buen punching bag humano – resiste bien los golpes – y su mamá cocina buenos postres... claro que nada supera a los de mi madre, pero siendo gratuitos y ricos ¿qué más se puede pedir?.

De quien si tengo noticias "frescas" es de Chizuru, ha venido a casa de forma constante, me cuenta sobre la historia de nuestros clanes, la cual por cierto es bastante interesante, tal vez algún día te la pueda resumir, por ahora mis ánimos no están para ello en realidad. Aunque... siento que me oculta algo, su gesto se torna triste de vez en cuando al contar ciertas partes de sus relatos. No he querido preguntarle puesto que si no me cuenta es porque no lo desea hacer... pero muero de la curiosidad y de nervios, debido a que no debo olvidar por nada del mundo que este torneo seguramente nos enfrentaremos a ese sujeto que mencionó Goenitz, esta vez no daré oportunidad de que nadie me ponga una mano encima, los entrenamientos de los que te hablé antes son muy intensos, padre y madre no me dejan descansar entre ataque y ataque, Goro y Benimaru tampoco me dan un respiro, pero definitivamente he mejorado más de lo que incluso yo podría haber pensado, sumado al entrenamiento espiritual por parte de Kagura-san. Ahora que lo pienso ¿Yagami estará entrenando con la misma intensidad? ¿Qué tipo de preparación llevará a cabo? ¿Comerá bien?...

¡Pero qué estoy escribiendo! No debo permitir que mi mente se distraiga tan fácilmente con un sujeto desagradecido... aunque, ahora que lo pienso bien seguramente fui un pesado y por eso no me ha citado para pelear siquiera, claro que no tengo la culpa de ser fácilmente alterable y emocionarme por todo, más aún cuando la compañía es agradable... como sea, no han pasado más cosas emocionantes en la vida así que te dejaré por hoy.

Bye.

Xx/xx/1996

¡No me jodas!

Disculpa que comience así pero... sencillamente mi corazón no deja de latir y creo que tengo un estúpido gesto de felicidad, una sonrisa que abarca de oreja a oreja y de la cual mi madre se dio cuenta, ¿la razón? Una que no debería siquiera mencionar, si mis padres se enteran moriría... bueno, mi madre creo que no tendría problemas con ello puesto que hace una semana le hice una pregunta capciosa – oye mamá ¿Qué hubieses hecho si fuese tan coqueto como Benimaru? – al principio no me entendió la indirecta... pero cuando leyó entre líneas me miró fijamente, no pude evitar tragar saliva y sentí mi manzana de Adán subir y bajar con tal esfuerzo que pareciera no haber tomado agua por años.

NikkiWhere stories live. Discover now