Primera vida: Un momento sin canciones
-¡Ahhh! ¡Aghh!- una mujer gritaba de dolor al dar luz a su bebé.A las afueras de un pequeño cuarto improvisado se encontraba Hiboruko dando vueltas esperando que todo salga bien ahí dentro.
Miró al cielo, implorando en pensamientos que sea un niño.
-Jefe, entre- llamó una anciana mientras salia de ahí buscando algunas telas limpias.
Se escucho el llanto de un bebé mas y mas fuertes de fondo.
-Ojiya- ella sostenia en sus brazos a su retono aun con sangre en el cuerpecito.
Él le brindo una sonrisa abierta que murio al instante.
-Dímelo.
Ojiya aun adolorida se movio un poco aferrandose mas a su hija.
-Lo siento- no pudo decir mas que eso- sé que..
-Va a estar bien- le interrumpió rapidamente - Juró que haré todo para que este bien- se acercó mas hasta estar sentado al lado de su mujer- es mi hija y esta vez no dejaré que nadie dañe a mis mujeres.
Ella lo miró con tristeza, recordando lo que habia pasado con su primera hija hacia un año.
-Si no me hubieran dejado inconciente ese día..
-Ya.- ahora era lo interrumpió- Para- no queria escuchar otra vez lo que hubiese pasado. Por mas que su alma estuviese rota- Miremos hacia adelante, cariño.
Hioruko rememoraba.
En ese entonces los samurais recien adoctrinados inundaron esas tierras en su camino hacia la gran cuidad, eran mas toscos y desalmados. Tomando lo que quisieran a su paso, cualquier cosa, comida, caballos, mujeres.
Y uno de ellos opto por ver lo divertido que seria jugar sucio con una muy pequeña niña que apenas podia dar unos pasos.
Terrible.
Aquel horrible saqueo debastó al pequeño pueblo, los sobrevivientes emprendieron un viaje al dia siguiente y no volvieron mas.
Ahí se formó el grupo de bandidos dirigidos por Hiboruko, que en su rabia, comenzó a odiar con toda su alma a los samurais. Dedicandose a fortalecerse y robando con su gente para sobrevivir.
Así hasta el presente.
Hibokuro contempló a su hija, ahora ya calmada y envuelta los brazos de su madre.
La miró muy bien, admirando su fragilidad, tenia la carita un poco arrugadita y la nariz mas bonita. Acaricio su cabeza con delicadeza.
-Será feliz- sonrió sin dejar de sobarla- mi hijo, será muy feliz.
Despues poso la mano en la mejilla de Ojiya en forma de caricia. Ella le entendió completamente.
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KAEN [Dororo] Oneshot
Historia CortaLo que pudo darse, lo que pudo evitarse, lo que jamas pensó que se daría y lo que se dió en lo posterior de la vida. Cuentos diversos