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—¡Fuera de aquí!—vociferó el mayor asustado al ver a un chico sentado en una silla dentro de su cabaña sonriendo inocente.

—Me habían comentado que era gruñón—habló Jungkook levantándose y observando todo el lugar—pero no imagine que lo fuera tanto.

—Mocoso ¿acaso no te enseñaron a no invadir propiedad privada?—dijo Min casi perdiendo los estribos.

—Si, solo quería conocer al gruñón del pueblo—contestó tranquilo sin saber que Yoongi estaba a punto de pegarle.

—¡Lárgate!—gritó—no quiero volverte a ver dentro de mi cabaña.

—Ya, me voy—salió viendo como el mayor lo fulminaba con la mirada—regresaré mañana.

—¿Que? ni se te ocurra niño.

—Adiós—dijo tratando de no reír.

Jungkook salió de cabaña escuchando el estruendoso puertazo que dio Yoongi, realmente su tía lo había descrito a la perfección y su curiosidad creció a tal grado de ingresar a la cabaña sin el permiso del mayor.

Pero su curiosidad no acabó ahí, por lo que aún teniendo tiempo de sobra para volver a casa con su tía se dirigió al pueblo para obtener mas información.

La biblioteca fue su primer objetivo, recordaba lo que su tía mencionó y leer no sería un problema.

Buscó el libreto, leyó la última pagina y en definitiva el nombre Min Yoongi estaba escrito con letras cursivas a un lado de la pagina ya desgastada.

Se tomó el tiempo de leer todo el libro y algo en esa escritura le indicaba que todas esas palabras iban dirigidas a alguien mas, quizás las personas del pueblo no estaban tan equivocadas.

—Señor ¿puedo llevarme este libro por unos días?—preguntó el pelinegro al bibliotecario quien asintió sonriente.

—Solo debes firmar una ficha—mencionó el señor sacando una pequeña libreta de su escritorio.

—Gracias—firmó y metió el libreto en uno de sus bolsillos.

—Oye chico—habló el bibliotecario

—¿Si?

—Por favor, cuida bien ese libreto—pidió el señor.

—Lo cuidaré, nos vemos—dijo saliendo de la biblioteca.

Después de su parada en la biblioteca se dirigió a una tienda de conveniencia donde vivía la persona que aseguraba conocer a uno de los amigos del señor Min.

Su modo investigador había salido a flote y no descansaría hasta conseguir una respuesta, podía parecer una persona entrometida; sin embargo había encontrado interesante divulgar en la vida privada de Yoongi.

—Buenas tardes—saludo el señor

—Buenas tardes ¿quiero hacerle una pregunta? me puede ayudar—pidió juntando sus dos manos.

—Claro muchacho ¿en que puedo ayudarte?

—¿Usted conoce al señor Min?—preguntó acercándose mas a la barra.

—No, pero si conocí a un amigo de él, cuando recién se mudaba al pueblo su amigo lo ayudo a instalarse en la cabaña donde vive, en esa ocasión el hombre pasó por mi tienda y le hice algunas preguntas, él solo se limito a decirme que el señor Min se había enamorado de una persona, pero sucedió una tragedia y aún cargando con el dolor decidió cambiar de ambiente—contó el señor colocándose los lentes que anteriormente se había quitado.

—Gracias—dijo Jungkook saliendo de la tienda.

—Que chico tan extraño—se dijo el señor retomando sus labores.

El pelinegro sonrió, no había sido difícil verificar la información que su tia Younha le había proporcionado.

Siguió su camino y esta vez tenía como objetivo al dueño de una panadería, por lo poco que sabía el señor había sido el anterior dueño de la cabaña, era probable obtener un poco de información sobre Yoongi.

—Buenas tardes—dijo Jungkook al entrar sintiendo ese olor característico de las panaderías, en ese momento su estomago comenzó a rugir, ahora se arrepentía no haber tomado el refrigerio que su tía le había ofrecido.

—Hola muchacho—saludo el anciano—eres el sobrino de Younha ¿cierto?—preguntó y el pelinegro asintió.

—Este pueblo es hermoso—mencionó el menor tratando de sacar conversación—mas la cabaña que esta a mitad del camino.

—Yo fui el dueño de esa cabaña—comenzó a contar y Jungkook puso toda su atención—hasta hace 10 años que el Señor Min decidió comprarla, el carácter de ese hombre es aterrador, nadie ha logrado acercarse a él, la última vez que uno de sus amigos vino fue hace 8 años, al parecer tuvieron una fuerte pelea porque el chico llevaba varios golpes en su rostro.

—¿No sabe porqué vino a este pueblo?—cuestionó el menor.

—Lo único que se sabe es que tuvo un problema amoroso, nadie sabe las verdaderas razones.

Jungkook comenzó a formar un tipo diario en su cabeza, no quería olvidar ningún detalle que probablemente en un futuro podría ayudarle a descubrir porque Yoongi llegó a ese pueblo.

—¿Sabe cuantos años tiene?

—Tiene 39, el día de mañana estará cumpliendo 40 años.

—¿Como sabe eso?

—Su amigo me dejo dinero para que cada cumpleaños deje un pequeño pastel en la puerta de la cabaña.

—¿Tanto dinero le dejo?

—Si, pero lamentablemente creo que mañana no podré llevarlo, el dinero que sobra no cubre el gasto de los materiales.

—Hágalo, por favor—dijo Jungkook—yo le daré el resto de dinero que falta.

—¿Porque estás tan interesado en ese hombre?—preguntó el anciano y el menor se puso nervioso ¿habrán descubierto su plan?

—Solo que sería feo que una persona no recibiera nada en su cumpleaños ¿no?

—Es cierto ¿tú se lo llevarás?

Jungkook chasqueó pensativo—en la tarde vendré a traerlo—dijo finalmente.

—Solo déjalo en la puerta.

—¡Claro!—él ya tenía un plan.

Salió de la panadería rumbo a casa de su tía, ya estaba oscureciendo y lo que menos quería era tener problemas con ella.

Cuando llegó paso de largo saludando a su tía quien se quedo con las palabras en la boca, quería preguntar que había hecho en el pueblo, pero decidió no decir nada para evitar conflictos con el chico.

Jungkook por su parte saco su alcancilla de perrito y con todo el dolor de su alma la quebró para sacar todo el dinero que había en su interior.

Contó el dinero esperando que eso fuera suficiente para cubrirlo, tenía pensado robar alguna velitas a su tía y hacer del cumpleaños de Yoongi en uno especial.




































Gracias por leer♡

Un Amor Perdido// YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora