El estúpido de mi Hermano otra vez me golpeo, ya no sé cómo decirle a mi madre que él no es lo que demuestra, que cada día me hace la vida imposible, no solo a mí, sino a cualquiera que se le acerque.
Todo lo que dije no le gustó nada a Tomas, pude verlo en su mirada, cargada de odio y maldad. Solo se dio medio vuelta y camino hacia la esquina por donde había venido. A todo esto Melisa estaba a mi lado muda, todo el tiempo sin decir ni una palabra, observando cómo nos destrozaba con la mirada Tomas. En fin, luego de este acontecimiento nos miramos con Mel y continuamos caminando.
Luego de unas tres o cuatro cuadras de camino a casa de Melisa un auto se detuvo de manera brusca delante de nosotras, casi que nos lleva por delante. Cuando de repente se abren las puertas y bajan tres chicos y Tomas, sí el idiota de mi hermano de nuevo. Pero esta vez no estaba solo sino con las bestias de sus amigos del equipo de futbol, entre sus amigos y él nos agarraron a Melisa y a mí de los pelos y de una manera tan violenta como nunca había visto nos subieron al auto, en medio de gritos y pataletas con tal de no subir con esos imbéciles. Tomaron ruta por un camino que jamás había transitado y a toda velocidad, por más de 1hs. hasta llegar a un campo desolado donde no se sentía ni el soplido del viento. Mel llorando a más no poder y Tomas gritando para que se callara, yo que no sabía ni que hacer, en ese momento pensé lo peor, estábamos dentro de un auto con cuatro salvajes, los cuales nos habían subido por la fuerza y llevado hasta este campo en medio de la nada.
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Transcurrieron unos 15 minutos dentro del auto, donde todo fue un silencio aterrador, hasta que empezaron a mirarse, sonreír, podía ver en sus ojos la maldad, nada bueno saldría de esto, en ese entonces solo abracé a Melisa que no paraba de temblar y llorar en silencio cuando de repente Tomas les dice a sus amigos que nos bajen del auto. Solo teníamos dos opciones, aprovechar el campo y correr por el sin parar hasta encontrar ayuda o continuarle suplicándole a mi hermano que pare con sus bromas estúpidas, ya no era para nada gracioso. A todo esto el solo continuó mirándome con ese odio que lo caracteriza y me dijo: ¿sabes que puedo hacer lo que quiera contigo y nuestros padres no me dirán ni una palabra no?, su arrogancia y despotismo estaban en la cima y yo sin poder hacer nada, teniendo en frente a este idiota mientras sus amigos sujetaban a Mel para que no se fuera. Solo salió de mi preguntarle porque hacia esto y que quería que hiciera con tal que nos dejara en paz y llevara a casa, a lo que él respondió: sabes bien qué tienes que hacer y no lo haces, vives solo para desafiarme y hacerme enojar todos los días, pero ahora yo te desafiaré a ti y veremos que eres capaz de hacer con tal de salvarte a ti y a la tarada ésta (señalando a Melisa).
No podía creer que mi propio hermano llegara tan lejos y que me tratara como un pedazo de basura a mí, a su hermana. Si bien nunca fue amable conmigo jamás había llegado tan lejos, esto se había salido de control y de alguna manera debía parar, ahora el problema era saber cómo, porque si algo sabia era que con mis padres no podía contar. Entre los gritos, miradas asesinas, insultos y todo tipo de maltrato de Tomas hacia a mí, sus amigos se habían llevado a Mel unos metros más allá, para cuando me doy cuenta estos desgraciados estaban rompiéndole la ropa y queriéndola besar, tocar y sabe que otras intenciones mas tenían en esas mentes asquerosas.
