El estúpido de mi Hermano otra vez me golpeo, ya no sé cómo decirle a mi madre que él no es lo que demuestra, que cada día me hace la vida imposible, no solo a mí, sino a cualquiera que se le acerque.
Son las 7:00 am y al fin se acabaron las vacaciones y volví al único lugar a donde estoy libre de mi hermano y de toda la pesadilla que es mi familia, me siento en el último pupitre del aula, aún no hay nadie por lo que es fácil elegir el último banco, acabo de un rato se sienta junto a mí mi mejor amiga y prima, ella es Melisa y es hija del hermano de mi madre, es decir mi tío, siempre ha estado conmigo en las buenas y malas, es la única que sabe lo que me hace Tomás, pero le he rogado que no le cuente nada a nadie, que eso solo haría que mi hermano se enojara y me golpeara muy fuerte. Cuando ya estamos todos y va a comenzar la clase tocan la puerta y la profesora de filosofía "Camila" se pone de espaldas a mí, nos cuenta que este año estará con nosotros un alumno de intercambio que viene de Inglaterra, y al abrir la puerta para que ingresara mis ojos se dan de frente con los de Max, es el chico más lindo que he visto, es alto, delgado, de ojos grises y cabello castaño, es muy refinado... y comienza a explicar de dónde viene y por qué se encuentra en Argentina, habla muy bien el español y siento que me enamoré a primera vista. Melisa solo sonríe y me dice: creo que este año alguien no te dejará dormir.
Entre risas y cargadas Max toma asiento en uno de los pupitres de la fila a mi izquierda y deja sus cosas allí. En toda la jornada no he podido sacarle los ojos de encima, hasta que en un momento me ha encontrado mirándolo, oh eso sí que fue vergonzoso para mí, de seguro me puse roja como un tomate. Desde ese momento intenté disimular mi interes por mirarlo, hasta que suena la campana del receso, en ese momento todos se levantan y salen afuera, inclusive Melisa. En ese momento me dirigí hacia el pupitre de Max para saludarlo y presentarme cuando de repente volteó hacia atrás y con una sonrisa sobradora me dijo: ¿Qué tanto me miras? ¿acaso tengo monos en la cara?, en ese momento no supe que responder así que seguí caminando hacia la puerta de entrada del aula, pensando en lo mal que me había tratado y solo por mirarlo, bueno tal vez lo he mirado mucho, pero ni por más, sí que es un soberbio y engreído.
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Luego del receso de 15 minutos nos tocaba cambiar de cátedra, ahora venían las 2 últimas horas de cursado del día con la aburrida troncha-toros, si con la profesora de Historia Moderna, que por cierto es la materia que más odio de la carrera, aun no entiendo porque tantos libros y tantos temas por ver si todo ello lo tenemos en internet. Y así transcurrió la clase, con un monólogo de la profe Carmen y algunos bocadillos de Max haciéndose el sabelotodo y queriendo comprarse a la vieja ésta con su sabiduría barata, por suerte el día terminaba y con ello las horas de cursado.
Al salir de la Facultad nos dirigíamos hacia casa de Melisa cuando aparece Tomas por la esquina, con una mirada desafiante y autoritaria, se nos acerca, saluda a Melisa muy superficialmente y me dice que venía por mí para llevarme a clases de inglés como había dicho mi madre. En ese momento exploté, tenía mucha rabia dentro, muchas cosas acumuladas y sumado a lo que había pasado con Max horas antes estaba que ardía. Solo respiré profundo y le dije: "no iré a ninguna clase de inglés, si quieres puedes ir corriendo y contarle a mamá, pero no seguiré haciendo lo que me digan y menos teniéndote detrás de mí como un perro guardián".