Onice

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Palermo, Enero de 1982


Fiorella Russo era si no la hija mayor de la familia Russo, los duenos de una panaderia en el centro de la ciudad de Palermo que siempre conto con, quiza demasiada libertad. Alta, de piel color canela, grandes ojos negros y cabello oscuro, la joven era conocida por dos grandes cosas, hablar de cosas extranas en los peores momentos, y ser despreocupada, de ser alguien capaz de gozar los detalles pequenos de la vida, escapandose en multitud de ocasiones del negocio de su familia para ir a la playa y haciendo multitud de amigos a cada lugar que visitara, amable, con un carisma y una energia tan propia que su pequena y curvilinea figura era conocida en todos lados, siempre ella, su largo cabello y sus vestidos estampados, como si fuera un pequeno tigre, todos sabian que ella estaba cerca cuando oian a los perros ladrar de alegria y su calida voz a lo lejos mientras cantaba, ella en si misma era como un pequeno huracan.

Quiza por eso, fue que sus padres se rindieron con intentar amarrarla, con intentar controlar su animoso estilo de vida y la dejaban ser, siempre y cuando no se metiera en problemas, cosa que lastimosamente ocurria muy seguido debido a su forma de ser, la clase de chica que, pese a su estatura, era capaz de defender a sus amigos de personas mas fuertes, cosa que le hizo ganarse mas de un golpe, el labio partido, una ceja rota y ella riendose a lo lejos, ella tenia la valentia de la que muchos carecian, por eso siempre estaba detras de sus hermanos menores y los defendia, porque estaba segura de que si ella no lo hacia y les ensenaba ellos no lo harian. Cualquiera hubiera esperado que ella estuviera con un chico igual de emocionante que ella, aunque la realidad era que a sus 24 a~nos ella tenia una relacion formal con un joven llamado Gabriel Mista, un estudiante y aspirante a maestro, un matematico quien estudiaba en la universidad de Palermo y a quien iba a buscar todos los dias, Fiorella no era la chica que espera ser buscada, ella iba por su novio y lo esperaba fuera de clases.

Gabriel, a ojos de quien fuera, era si no todo lo contrario a ella, de cabello castano y ojos color miel, delgado, y casi siempre usaba anteojos debido a su pronunciada miopia, amable, educado, atractivo pero sin duda tranquilo, basicamente todo lo contrario a su irreverente novia quien no tenia reparos en meterse en contra de quien sea para proteger a quien ella consideraba que la necesitaba, un desconocido, un amigo, un familiar, quien fuera, aun si eso hacia que ella se ganara un mal golpe de vez en cuando. Quiza por ello era que se llevaban tan bien, porque eran tan diferentes el uno del otro, Fiorella siempre lo decia, no se podia armar un rompecabezas con piezas iguales, y el no estaba para ser igual que ella, si no ser su complemento, su compañero, ella estaba loca, y por eso mismo era que la amaba.

Quiza, tambien por su fuerte personalidad debio esperar que algo como eso sucediera.

En Palermo no era extraño que hubieran extranjeros de todas partes del mundo, especialmente los que venian de españa o reino unido, lo que si era interesante era ver americanos, los exagerados, emocionantes y para nada elegantes americanos, siempre con su exagerado ingles, sus llamativas ropas, su emocion por lo nuevo, por la comida y siempre coqueteandole a las lugareñas, a Gabriel no le gustaban, para el, los americanos eran el tipo de personas que les gustaba lo exotico como animales fantasticos, ruidosos, exagerados y siempre con el afan de estar detras de todo. Por eso, a inicios de la primavera, en la piazza Pretoria se reunian siempre una gran cantidad de turistas, nada fuera de lo normal, y el detras de Fiorella listos para hacer compras como siempre, a el no le gustaban los extranjeros, pero sin duda a ella si.

Para el era sencillo pasar de largo de ellos y hasta cierto punto podia hacer que Fiorella lo siguiera sin meter mucha resistencia, porque no era tan dificil como parecia hacerla ceder, siempre y cuando no hubiera algo que llamara de mas su atencion, y ese algo fue el pesado acento de uno de los tantos turistas, haciendola voltear y regresar practicamente corriendo mientras el suspiraba e iba detras de ella. El causante era si no un americano, bastante alto, rubio y de cabello largo, vestido como una sub especie de Indiana Jones, casi parecia un cliche que los americanos se vistieran como una especie de aventureros, fumando, y creyendose el dueño del mundo mientras fumaba. No le agrado a primera vista, era un prototipo de lo que le habian mostrado las peliculas americanas mas populares de ese entonces, era como si esa estupida pelicula hubiera vuelto popular ese arquetipo de persona, para el no era especial, pero para Fiorella si que lo fue

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2021 ⏰

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