dos

7K 260 16
                                    

—lo lamento—oyó la rubia al detener su baile

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—lo lamento—oyó la rubia al detener su baile.—estaba buscando a Guzmán.

—¿en el vestidor de las chicas?—preguntó irónica y este rascó su nuca nervioso.

—Para serte sincero, si lo estaba buscando, pero vi tu baile y me gustó, eres buena—sonrió y esta devolvió su gesto.—Soy Ander.

—Mía—extendieron ambas manos estrechandolas.

—Si, lo se, me gustó lo que dijiste en clase.

—Y a mi lo que le dijiste a Lu, gracias por eso, por cierto. No todos los ricos somos iguales.

—Si, eres rica pero no como el resto.

—Y a mucha honra, ¿algún problema?

—En realidad era un cumplido.

—Y bien, ¿tú eres como los otros ricos?

—Bueno, no tengo el mismo estilo de vida que los demás...

—¿Entonces que haces en esta escuela de pijitos?

—Mi madre es la directora.

—Vaya tío. —rieron al unisono—y ese Guzmán... ¿qué le ocurrió a su hermana?

—Es una historia bastante larga, pero la asesinaron, y se cree que fue el hermano de Samuel, con quién estaba peleando esta mañana. ¿Hace cuanto bailas?

—Si no mal recuerdo, desde que soy una niña. Mi madre también hacía ballet, pero lo dejó al quedar embarazada de mí.

—Uh. ¿Tu hermano es Matías, no?—asintió leve.

—Es meses menor que yo. Pero es hijo de mi padre y de otra mujer, desde entonces mi madre jamás le ha dicho hijo, solo Matías.

—Debe ser algo feo.

—Más o menos. La buena noticia es que lo prefiere a él antes que a mí.

—Lamento lo de tu padre, lo que dijiste hoy, tienes mucha razón.

—No importa, jamás estuvo para nosotros, jamás, pero... claramente lo quiero, después de todo es mi padre, ¿no?

—Sí. Oye, hoy... hoy iremos todos a la discoteca, por si queréis venir, digo, solo si quieres.

—Pués claro, solo le diré a mi hermano y a Mariana.

—Bien, fue un placer, Mia.

—El placer es todo mio, Ander.

...

—¡por aquí, Berlusconi!—llamó la castaña antes de adentrarse al sitio al ver a ambos hermanos bajando del auto.—¡pero que pinta tienen por favor!

—hola Mariana—saludó el castaño y esta sonrió.

—disfrutad de la cola, campeones—dijo una chica de cabello oscuro quien vestía peculiarmente y los tres la observaron raramente.

| ᴇʟɪᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora