Mientras tanto la pareja que recién había descubierto los sentimientos del otro, se encontraban en su propio mundo... Mundo del cual salieron apenas el pelinegro dio el primer paso, sintiendo un dolor bastante fuerte en su pie, por un momento se le olvidó lo que había pasado previamente con la cobija, miró a Rubén en busca de ayuda, pero este estaba igual, realmente no sabían que hacer, hasta que una poción apareció mágicamente frente a ellos, junto con un papel "es una cura para el dolor, MOMENTÁNEA", Vegetta sonrió alegre y sin pensarlo tomó el líquido que estaba contenido en el frasco, a los pocos segundos este hizo efecto y lo primero que el pelinegro hizo, fue empezar a correr por todo el lugar cual niño pequeño, feliz de poder moverse, mientras tanto cierto castaño lo veía con una sonrisa enamorada, definitivamente era adorable, no lo pensó mucho y atrapó la muñeca del contrario acercándolo a él, una vez estuvieron juntos el de ojos verdes dejó un tierno beso en sus labios.
-Y dices que yo soy el niño pequeño...
En ese momento el sonrojo en las mejillas ajenas no tardó en hacer aparición, aunque lo que nadie esperaba, ni los dioses que veían todo con una sonrisa, era que el de ojos morados cambiará su sonrojo por una sonrisa ladina y de un momento a otro ya se encontraba con sus piernas alrededor de la cintura ajena mientras se besaban de una manera menos... Sutil, los dioses tuvieron que intervenir, cuando el rayo cayó, ambos se separaron y con un bonito color rosa en sus mejillas, comenzaron con su misión.
Esta empezó con un parkour en la cual a fuerzas necesitaban del otro para que presionara placas de presión o botones, para que uno pudiera pasar a presionar otro botón para que el contrario pasara... Y si parecía una muy buena idea para unirlos más... Y si lo habían logrado... Pero cierto pelinegro estaba a punto de quedarse calvo por el estrés, el era un profesional en esto, Rubén no y además de eso al oso le gustaba hacerle bromas al contrario, por lo que fue muy común que durante toda la prueba, el de ojos verdes dejara de presionar una placa de presión provocando que el contrario cayera, obviamente Rubén comenzaba a reír como desquiciado mientras Vegetta lo veía con una mirada asesina, apenas salieron de ahí, el pelinegro prácticamente había llorado de la felicidad... No le duró mucho pues al poco tiempo comenzaron a spawnear mobs bastante fuertes los cuales no podrían vencer solos, para suerte de ambos y del cabello de Vegetta, esto fue más tranquilo, además de lograr unir más a ambos guerreros, los cuales irónicamente se complementaban demasiado bien a la hora de pelear, se defendían entre los dos y atacaban por el otro, al terminar esa zona notaron que había un jefe final... Y oh por dios, era un Vegetta y un Rubius pero en versión malvada, en ese momento separaron a ambos guerreros, en habitaciones completamente separadas y sin vista a la otra, quedando Vegetta con el Rubén malo y viceversa, realmente ninguno de los dos sabía que hacer, no podían matar al contrario, simplemente por cada golpe que le daban sentían que se lo daban al contrario... Y en realidad si era así, cada golpe que le daban a la contraparte ajena, debilitaba al original, eso ambos lo sabían pues un cartel en la habitación lo decía claramente "Cada golpe que reciba, el original lo paga"
-No puedo
Dijo el pelinegro dejando caer la espada al piso mientras se hacía para atrás esperando lo peor, lo cual si llegó, de un momento a otro sintió el arma que llevaba el contrario incrustarse en su estómago, pero no dolió y de un momento a otro ya estaba en otra habitación en la cual estaba el Rubén original viéndolo con una sonrisa, el de ojos verdes había pasado por una situación similar, ambos habían pasado la prueba, se querían demasiado incluso para preferir morir antes de dañar al otro, no tardaron nada en correr hacia el otro, fundiéndose en un abrazo que ambos necesitaban, no pasaron ni 2 segundos cuando comenzaron a besarse y hubieran seguido de no ser por cierto anciano que carraspeo la garganta con clara intención de llamar la atención de los amantes.
-Merlón: Jóvenes eso se hace en una habitación...
El comentario en tono de reproche hizo sonrojar a ambos, en ese momento el anciano se acercó a ambos, sacó una especie de listón que brillaba y pidió permiso para sujetar una de las manos de cada héroe, estos obviamente se la extendieron, el anciano amarró este listón a sus muñecas quedando la mano de uno en un extremo de la fina y suave tela y la otra en el otro, definitivamente los héroes estaban más que confundidos, de qué servía eso exactamente, de un momento a otro el listón comenzó a brillar más, pasó de la muñeca al dedo meñique antes de desaparecer, ambos vieron a Merlón buscando respuestas.
-Merlón: Ese listón venía con sus littles... Nosotros fuimos los que los recibimos en primera, sus pequeños venían atados con ese listón y con esta carta, la leímos antes...
Los contrarios tomaron la carta leyendo lo que en esta estaba escrita
"Este listón es el destino... Los originales amarse deben para poder pertenecerse... Cuando eso ocurra el listón decidirá si estarán juntos por siempre... Los pequeños son una pequeña ayudita"
-Merlón: Y al parecer el listón decidió que si... Felicidades... Los más retrasados son los primeros en pertenecerse
Y en ese momento sin importarles nada tanto el pelinegro como el castaño se comenzaron a besar de manera tierna y dulce, sintiendo su corazón latir desenfrenado mientras sus latidos se sincronizaban.
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