Capitulo 1

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Pov. Calle

No se si fue la lluvia que hizo que sus ojos aceitunados se me hagan los más hermosos que he visto en mi vida. Quizá fue ese perfume a cítricos que me enloquecieron, o sus curvas que herizaron mi piel, dime por favor que no fue su sonrisa, ni su voz con ese toque de coquetería que tenía, quizá solo fue el vulto entre sus piernas y sus manos acariciando mi cintura, su aliento lleno de alcohol con un toque de menta golpeando mi cuello, estremeciendo mi piel.

A quien quiero engañar, ame ese día, donde me hizo suya, donde me revolco y me trató de una manera inexplicable.

Aunque quizá debería haberle dicho que no, debería haberle puesto un stop.

No éramos novias, ella era la típica niña de papi, que todo lo tenía y quizá yo también lo era. Sin embargo ella no fue quien después de cuatro años está acá, en la misma ciudad, en el mismo lugar más no en las mismas condiciones, y con un bebé de 3 años y medio.

Ella no fue la que se estancó, ella no fue quien rogó a su padre que no la desheredara y creo que jamás supo de mí, ni de la niña entre mis brazos, pero tampoco me dio la oportunidad de decírselo, pues fue como una estrella fugaz, porque no la volví a ver más, y aunque adoro a mi pequeño demonio, ojalá hubiese tenido su apoyo. Quien diría que ahora la veo a través de una pantalla y que el valor de ir a buscarla ya se esfumó, he aceptado que no volverá a ser parte de mi vida y la de mi niña tampoco.

Aún así me duele todo lo que pase pues cause el divorcio de mis padres y aunque mi madre me perdonó y me ayudó hubo días en donde la vergüenza pudo más y no pedía nada, y aunque no hubiese almorzado ni cenado me mordía la lengua y me echaba en ese viejo sofa que esta al centro de mi pequeño apartamento que solo cuenta con una habitación, misma que comparto con mi hija.

No puedo decir que la vida me ha tratado mal aunque quisiera gritarlo, pues, comprendo que a otras le ha ido peor. Tuve el apoyo de mi madre tarde pero la tuve y la sigo teniendo, aunque escondidas de mi padre.

No me pudo dar mucho pero tampoco quiero exigirle, algo que se que no tengo derecho, papá me quito del testamento, dejando a mi hermana mayor como única heredera y aunque ella ha dicho que lo compartira conmigo la verdad es que eso me tiene de lo más desinteresada.

Solo quiero terminar mi carrera en diseño de modas. Ser una mujer de renombre en esa industria y poder darle a mi bebé todo lo que no tiene en este momento.

_Mami? .- susurro mi pequeña niña.

_Dime mi amor, ¿Te levanté? .- le di un suave beso en su mejilla y la recoste encima mío.

_Colecho? .- Pregunto inocentemente.

_Son las 2 de la mañana, Emma, la escuela es aún a las 8, duerme mi amor .- Con esa última respuesta cerró los ojos y yo también.

Eran las 6 a.m. cuando mi celular vibra, y aunque quisiera quedarme al costado de mi hija todo el bendito día, no podía, tenía que trabajar para darle un plato de comida a mi bebé, lo que mi madre me daba me ayudaba un montón pero no era suficiente.

Tengo un trabajo de mesera a medio tiempo en las mañanas y por las tardes me la paso con mi hija, será así hasta que tenga una edad adecuada para quedarse un tiempo más, sin mi.

Aún es una bebé y no quiero desaprovechar ni un minuto sin ella, aunque claro ese pequeño capricho mío, nos ha costado una que otra deuda pero nada de que preocuparme demasiado.

Tiene esos ojos aceitunados preciosos, y esa personalidad coqueta típica de María José. Típica de la chica que me cautivó. Aunque tiene mi cabello y esa mirada traviesa.

dulce noche -Caché G¡PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora