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Antes de comenzar, me gustaría decirte que pusieras la canción donde comienza lo paranormal, si no quieres leer con musica no hay problema.
Narra Mew
Había llegado a mi casa del trabajo, quería haber venido con Gulf, pero el había ido a la casa de sus padres y no podía decirle que no fuera.
Estaba un poco aburrido por lo que me puse a ver una película graciosa mientras comía papas de paquete y gaseosa.
En el retroceso la película me daba más risa, la verdad es que era bastante graciosa.
Tras eso me di cuenta de que mi lata de gaseosa se había terminado. Me levanté del sillón y fui hasta la cocina para agarrar otra lata de la nevera. Dejé la lata vacía en el lavaplatos y abrí la nevera para sacar la otra llena, en esta me tocaba agacharme un poco para agarrarla. Al estirar mi mano un ruido de metal caer hizo que me detuviera en seco y solo mis dedos rozaran con la lata de gaseosa que estaba dispuesto a tomar.
Me reincorpore despacio y cerré lento la nevera. Vi al suelo y en este estaba botada la lata de gaseosa que había dejado en el lavaplatos hace unos minutos, la agarré y fruncí el ceño. Se me hacía extraño, se suponía que la había dejado en el lavaplatos. Bueno, tal vez solo no me había fijado en donde la había dejado.
No le tomé importancia al caso y solo bote la lata a la basura, agarré la otra lata de gaseosa y me fui a la sala de nuevo. Le quité la anilla a la lata y bebí de esta un sorbo.
Sentir las burbujitas desvanecerse en tu boca se siente muy bien, y más si la gaseosa esta fría.
Me eche en el sillón y me puse a ver nuevamente la película. Esta estaba por acabarse, cuando de pronto el televisor perdió la señal, mierda, ¿Ahora qué?
Me levanté del sillón y me acerque para ver que le pasaba, pero no había ningún cable desconectado, o bueno, tal vez solo fue la señal.
Esperé un rato, pero el televisor seguía sin señal. Me aburrí. Por lo tanto, decidí apagarlo, así que tomé el control y le di en el botón de apagar, pero al parecer a este no le servían las pilas ya que el televisor seguía encendido. Ahora, me tocaba como los viejos tiempos; cuando mi madre me pedía que le hiciera el favor de apagar, prender o cambiar de canal.
Así que con un poco de pereza encima, me levanté nuevamente del sillón y me dispuse a apagar la tele. Busqué por los lados de este el botón de apagado y al sentirlo, lo oprimi con toda la intensión de que este ya se apagara. Pero nuevamente no se apagó. Fruncí el ceño algo molesto y frustrado por no encontrar el simple botón de apagado. Esta vez busqué otra vez el botón, pero con mi mirada, y al encontralo creí que mi televisor se había dañado o algo por el estilo ya que ese era el botón que había oprimido desde un principio.
Lo volví a oprimir, pero el televisor seguía haciendo caso omiso, mañana me tocaba llevarlo con el técnico de televisores para que lo arreglaran, aunque era un poco raro que se dañara si lo había comprado tan solo hace cuatro meses, y un pantalla plana nuevo, porque no era de segunda mano.
