F A N D O M

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W A R  C R I M E S

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La joven rubia junto a mí, detuvo el coche frente a la casa, que he estado visitando mínimo una vez al mes, pero esta vez por motivos distintos.

-¿estás seguro de esto?- dijo mientras me veía con sus cálidos ojos grises

-No fue mi idea- respondí con cansancio- y si lo hubiese sido, sabes que mis planes no suelen ser buenos

-pudiste haber votado en contra- la chica apago el vehículo y me dio una mirada de "pero que se le va a hacer"

-Le debo un favor a Chelsea

-en fin, ¿quieres que te acompañé?- dijo mientras se quitaba el cinturón de seguridad

-sabes cómo reacciona cuando se siente bajo presión, necesitamos que acepte venir con nosotros- me quité el cinturón de seguridad y abrí la puerta del auto

-"es mi culpa extrañar a mis amigos, estoy solo todos los días", nos costó mucho que dejara eso atrás

-espero no fallar, Chelsea nos matara si fallamos

-lo sé, suerte- asentí con un poco de miedo

Salí del auto, y cerré la puerta, me quedé un largo momento observando la casa desde el otro lado de la acera. La típica casa del sueño americano, de un hermoso color azul cielo. Cruce la calle. El patio delantero estaba lleno de las hojas caídas del gran árbol que se encontraba al frente de la casa.

Me detuve frente a la puerta blanca y toque el timbre, no tardaron mucho en responder. Como usualmente quien abrió la puerta fue una, mujer de apariencia fría, de largo cabello castaño y penetrantes ojos verdes. Pero esa apariencia cambio cuando me sonrió con calidez

-buen día señora. Andrews

-ya te he dicho, que puedes llamarme Martha- le sonreí un poco apenado- ¿estás aquí por lo que hablamos esta mañana, no es así?

-si- su expresión de amabilidad se desintegró de a poco mostrando miedo y preocupación- le prometo que cuidaré de su hijo

La mujer asintió con un poco de pesar- está en patio trasero- se apartó de la puerta dando paso al interior de su casa

Fui directo a la puerta trasera, pasando por la sala de estar y la cocina donde se encontraba el padre de familia, que me saludó amablemente mientras preparaba el almuerzo. Abrí la puerta y vi al joven adulto recostado en el pasto viendo al cielo

-pensé que nuestra época de terapias había terminado hace mucho- dijo sin mucho afán, y era cierto no lo había visto en 6 o 7 meses si mal no recuerdo. Me acerqué a él y simplemente me quede de pie junto a él viéndolo. Su cabello que solía ser verde neón, ahora era castaño claro, asumo que es su color natural. Usaba su típico suéter azul pastel y unos pantalones negros, no llevaba puestos zapatos, solo unas calcetas rosas con diseño de bananas

-no es eso, vengo por otra situación

-¿Cuál?- dijo y abrió los ojos para verme con su mirada despreocupada de siempre

-eh...-me puse un poco nervioso porque no sabía que decir, realmente vine sin pensar que iba a decir- veo que no te has teñido el pelo en un buen rato

-es cierto- se sentó y me indico que me sentara, la verdad no sé porque no reaccioné rápido- anda, yo llevo tu traje a la tintorería si quieres- y así fue como terminé sentado junto a él, mientras veíamos la valla blanca del patio

-¿Qué estás haciendo aquí?

-lo de siempre, estoy olvidando como odiarme- lo dijo con tanta calma que me dio un poco de impotencia, lo dijo como si se hubiese resignado a que esa era una misión imposible

-¿Qué paso con el chico que emanaba seguridad?-le pregunté recordando cuando lo veía reírse por los pasillos de la escuela- ¿Dónde está el chico que siempre estaba dispuesto a ayudar?- pude ver que al decir eso todo su cuerpo se puso tenso

-oh no- expresó con preocupación

-¿Qué?

-Mario, solo dime que es lo que quieres- intercambió la preocupación por nerviosismo

-¿a qué te refieres?- sabía exactamente a que se refería, pero me daba un poco de pena admitirlo

-siempre que necesitas un favor, tratas de recordarme como solía ser, sin excepción sacas a relucir la gran persona que solía ser- se rió un poco incomodó

-tienes razón- mi mente empezó a pensar en maneras de suavizar el golpe, pero realmente no encontré ninguna- ¿Has visto las noticias?

-no- volteó a verme con preocupación en sus ojos- la realidad me deprime

Me quede en silencio, porque le iba a doler, sabía que lo iba a hacer

-¿Por qué?

Le iba a doler, pero tenía que saberlo

-sucedió de nuevo- y tan pronto como mis palabras llegaron a sus oídos, sus ojos se cristalizaron. Abrazó sus rodillas y empezó a sollozar. Volteo a verme con la cara empapada

-te odio- me dijo con todo el dolor que sentía y que estuvo sintiendo durante años, y rompió en llanto. Pasaron los minutos y no dejaba de llorar.

Por mi cabeza, pasó la idea de abrazarlo, pero creo que eso solo lo haría querer matarme más de lo normal, pero aun así lo hice. Se aferró tan fuerte a mí que se me dificultaba un poco respirar, pero no le dije nada, y lo tuve llorando en mi hombro un buen rato

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Waterparks ENTERTAIMENT

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🥀Me sentí generoso y puse dos frases

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