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Lis, deja de mirar mi alfajor así, sé que ya comiste. No es justo que nos hagas presos de tu adicción — y a esta que le pasa.

— ¿Agustina que problema tenés con mi amor? Calmate que por lo menos no te pido.

Ella rodea los ojos exageradamente y vuelve a mirar a Luci mientras le cuenta no sé qué cosa del fin de semana. No es que no sepa cosas de mis amigas, pero es que la verdad no me interesa mucho que atuendo se puso para ir al cine con Roberto, porque no me interesa su historia con Roberto, porque odio a Roberto. La hace sentir menos todo el tiempo y no aguanto eso en mis amigas.

Y ya sé que es algo que a veces no nos damos cuenta y bla bla, pero si tu amiga te lo dijo mil veces ¿por qué te enojas con ella en vez de fijarte porque te lo dice? En fin. Ella sabe que cuando habla de Roberto yo no formo parte de la conversación.

Mejor me centro en la otra conversación que tiene lugar del otro lado mío.

— No puedo creer que Agus siga con el idiota de Roberto — ruedo mis ojos por mil, ¿qué les pasa a mis amigos? Lo único que les importa es el amor. Y yo acá desolada con mi amor hacia los sándwiches.

— Bueno, por lo menos la tuya está con alguien, la mía vive de una fantasía — comenta Rafa medio susurrando. De que me perdí.

— ¿La tuya? ¿Y quién sería la tuya si se puede saber? Porque sos mi mejor amigo, pero no me cuentas que te gusta alguien... ¿Qué es esto?

Él se pone tenso y empieza a mirar para todos lados, tal vez la chica está cerca y él no quiere que escuche.

— ¿Qué es lo que pasa Rafa? ¿Está cerca y no querés que lo escuche? Tranquilo, puedes decírmelo bajito... no le digo a nadie — le digo en susurros, tampoco quiero que pase vergüenza por mí.

— Ya sé que no le dirás a nadie, eres mi amiga ¿no? — me dice demasiado exaltado. Esta muy nervioso, no sé qué le pasa. Nunca lo vi así.

— Tranquilo tigre, que no estoy atacándote. Solo que me parece algo importante que compartir conmigo y no sé porque no me lo contaste.

— Porque son cosas de hombres ¿Sí? — auch, eso me ha ofendido. Mi cara se transforma demostrando el enojo y me pongo roja.

— ¿Cosas de hombres? ¿Qué te guste una chica es cosa de hombres? ¿En serio?

Todo el mundo nos miraba sorprendidos, ninguno de los dos relajaba sus rasgos demostrando que se rendía. Nuestros amigos se pusieron nerviosos y se pararon de un salto al caer en la cuenta de nuestra discusión.

— Para mí es de hombres ¿Y qué? No tengo porque darte explicaciones de todo lo que hago.

— No te pido explicaciones como una obsesa, sólo que pensé que éramos mejores amigos. Ahora veo que no — le comento dolida y me voy de allí aumentando mi paso.

No quiero que las chicas me sigan, sé que se van a poner a preguntar y no quiero agregar a nadie a esta discusión. Es solo mía y de Rafa, no quiero que ellas estén aumentando la guerra con miradas y tomando partidos.

Me dirijo al patio de deportes, es el único lugar donde hay plantas y puedo sentarme a pensar. La cara de la vieja regordeta de mis sueños se hace presente y me pone de más mal humor que antes. ¿Porque no me deja en paz esa pesadilla? No es necesario que piense todo el tiempo en eso.

Me siento bajo un ombú enorme que está desde hace muchos años y lo sé porque desde que empezamos jardín somos fan de este ombú. Era nuestro preferido para jugar de chicos y ahora para venir a pensar para mí.

— Sabíamos que ibas a estar acá, ¿Estás bien? - me pregunta Agus con su voz acaramelada.

Debí darme cuenta que todo el mundo sabe que si escapo de la sociedad en el colegio voy a estar en el ombú. Que poco estratégica estoy siendo últimamente.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2020 ⏰

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