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»Puedo ver cómo se cierra el círculo mi amigo.«

La televisión volvió a mencionarla

"La noche de ayer los vecinos de la pintora juvenil Im Nayeon reportaron lo que parecía ser una fuerte pelea entre la pintora y su pareja, al llegar las autoridades encontraron la residencia vacía, pero lo preocupante fue que una enorme cantidad de sangre y objetos rotos fue hallada en el lugar, según las pruebas de ADN, esta sangre pertenecía a la joven quien según los forenses es posible que haya perdido la vida a juzgar por la cantidad de sangre hallada."

Se recostó en la cama, respiró y trato de encontrar la calma que desde la noche anterior había perdido.

Se recostó sobre el pecho ajeno y tomó su mano, sonrío ligeramente mientras jugueteaba con el anillo de compromiso en el dedo anular de la pintora.

La miró, se veía preciosa, estaba simplemente recostada del otro lado de la cama, con los ojos cerrados y la expresión de su rostro había cambiado, solo reflejaba paz.

–Lo siento tanto Nayeoni... Por favor perdóname –le dijo con la voz quebrandose –Por favor no me dejes...

Después de llorar durante horas en un pequeño rincón de la habitación, su cerebro encontró una respuesta, con rapidez tomó una pequeña maleta, la lleno de ropa de su novia

–Nos vamos, cariño–le dijo mientras con toda su fuerza cargaba el cuerpo hasta el auto.

Condujo hasta las afueras de la ciudad, a su pequeño hotel.

Metió a Nayeon a una de las habitaciones.

Con todo el amor que le tenía le quitó la ropa, la metió en la tina y limpió con cuidado las heridas que ya no sangraban, cerró con cuidado sus ojos, limpió su rostro y lavó su cabello, le puso ropa limpia y la recostó en la cama.

Se recostó a su lado, mirando el techo de la habitación, bebiendo todo lo que pudo encontrar.

Estaba completamente fría, pero parecía que dormía.

Abrazó el cuerpo sin vida, tomó todas las pastillas del frasco y se sintió en paz.

A lo lejos el sonido de las sirenas policiales comenzaba a acercarse.

La habían encontrado.

–No te preocupes, –le dijo a quién ya no la escuchaba– no voy a dejarte ir...

Su cuerpo comenzó a fallar, se sintió debil, y sus ojos lucharon por cerrarse. Los latidos de su corazón se hicieron lentos, sonrío, había cumplido su promesa de amarla hasta que la vida se le escapara, y ahora se iba, pero se iba con ella.

Para cuando la policía llegó a la habitación ya era muy tarde, Muyoi Mina había hecho justicia por su propia mano.

Había tomado su propia vida, en un castigo por tomar la de quien más había amado.

        ›› En la televisión han reportado que moriste... ‹‹

Hotel Ceiling. [Minayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora