Capítulo 22

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Había pasado días, semanas y meses, desde que tomé la peor decisión de mi vida, si no fuera tan gilipollas ahora mismo no estaría comiéndome la cabeza de porque hice lo que hice, tendría que haber apartado mis inquietudes y haberme dado esa oportunidad, de seguir con él. Pero creo que tengo tantos perjuicios que no tuve la oportunidad de saber si una relación a distancia podría funcionar o no, sinceramente quise cortar por lo sano y ya.

Tampoco es que haya intentado hablar con él, por el simple hecho de que pensará que soy una niñata, aunque no lo culpo si yo fuera él también haría lo mismo.

Mi teléfono sonó como alma que lleva al diablo y cuando miré el numero no lo conocía, ya que ponía numero oculto, me daba cosa cogerlo

¿y si fuera él quien me esta llamando para que no sepa que es él?

Al tener ese pensamiento lo que hice fue cogerlo sin pensarlo, tenia ganas de oír su voz y que me perdonara. Pero no, la voz no era la suya si no de un hombre mayor.

—Buenos días, ¿hablo con la señorita Fuensanta González? —dijo el hombre.

—Si, soy yo ¿en que puedo ayudarle?

—Verá, le llamamos de producción para decirle que después del éxito que ha tenido su novela me gustaría que saliera en una película... —dijo el hombre a lo que yo me quedé muda sin decir ni una palabra, no lo creía. —¿Fuensanta? —dijo el hombre al ver que no obtenía respuesta por mi parte.

—Si, estoy aquí, lo siento solo que estaba pensando en lo que me ha dicho ¿es enserio?

—Si. No pretendemos quedarnos con nadie.

—Me parece algo genial, nunca podría imaginar esto.

—Bien, necesito que venga a Madrid para firmar el contrato en persona y hablarle acerca de la novela. Quiero que nos ayudes a escoger a los mejores actores para tu novela —respondió el hombre muy amablemente.

—Perfecto, iré mañana a Madrid. Ya me dice donde nos veremos y tal. ¿Podría darme un número de teléfono para ponerme en contacto con ustedes cuando esté allí?

—por supuesto, luego se lo mando a su correo. Tuve que llamarla por que no respondió nuestros correos.

—Oh, lo siento mucho la verdad, es decir, no he tenido tiempo de mirarlo, pero ahora los miraré, gracias por llamarme —Respondí y colgó.

Quité el teléfono de mi oreja y me quedé mirando la pantalla de este como si poseyera algo extraño, parecía estúpida mirándola, mi padre que me vio en esa posición se quedó mirándome para después preguntarme:

—¿Estás bien? —dijo mirándome como si en vez de ser su hija fuera un ser extraño que venia de otro planeta.

Con la expresión que tenía, y la forma en la que miraba el teléfono parecía como si me estuviera poniendo en contacto con la nave nodriza.

—Si —sonreí mostrando todos mis dientes después de casi tres meses.

—¿Segura? —insistió.

¿Tan psicópata me veía para que me preguntara dos veces?

—Por supuesto, son muy buenas noticias las que me acaban de llegar, enseguida os las cuento.

—Vale —dijo firme.

—reúne a todos en el comedor. —Le dije a mi padre.

—Pero si estás en tu cuarto, puedes avisarles tu.

Le miré mal.

Tenía razón, pero quería darle un poco de emoción al asunto. Pero con él no podía hacer esto, si fuera mi madre o mis hermanos seguro que si me hubieran seguido el juego.

Ya estaban todos en el salón y quise darle un poco de misterio al asunto, todos me miraban expectantes sin saber lo que haría o diría.

—Como todos sabéis, mi novela ha triunfado bastante, he llegado a varios lugares que ni en uno de los mejores sueños podría haber llegado, por eso, quiero deciros que... —deje la respuesta en el aire.

—Que nos tienes que decir —dijo mi hermano.

—Veréis, mi novela va a salir en película, así que mañana me tengo que ir a Madrid para firmar el contrato y demás, no sé por cuánto tiempo estaré allí, pero mi novela va al cine, ahora si puedo decir que mi sueño se ha cumplido

Mi familia estaba tan atónita como yo cuando me dieron la noticia, el silencio reino el lugar y me quedé algo pillada, esperé un poco y como si fuera una olla a presión el ruido se hizo presente, me vitoreaban y gritaban, todos dábamos saltos de alegría.

—Esto es increíble —dijo mi hermana menor.

—Si, es algo que no pude imaginarlo nunca.

Nos fuimos a comer a un restaurante para celebrarlo, yo invitaría a mi familia.

Llegamos al restaurante, nos sentamos en una de las mesas que había libres que el camarero nos había puesto disponibles y pedimos la orden para después esperar a que llegara.

Me llovieron muchas felicitaciones y halagos por su parte, me sentía increíblemente bien.

(*****)

Nos sirvieron la comida y comenzamos a comer todo lo que habíamos pedido, tenia hambre por que hacia tiempo que mi comida no era muy equilibrada, ya que se me cerro el estómago, pero hice un esfuerzo sobre humano para poder disfrutar de aquella comida que se veía deliciosa.

Esto no quita que aun sufra por él.

Terminamos de comer y nos dirigimos a nuestra casa, al llegar lo primero que hice fuer prepara la maleta ya que mañana volvería a Madrid.

Estaba emocionada, volvería a ver a Paula, que esto me recordaba a que no la había llamado para contarle la noticia, después de mi familia se lo conté a Carla por WhatsApp la cual me mandó un audio gritando.

Busqué el contacto de paula para llamarla, al tercer toque lo cogió.

—Dime.

—tengo muy buenas noticias, para ser mas exacta dos.

—Adelante

—La primera, mañana viajo a Madrid.

—¿Y eso?

—Tranquila, cuando oigas la noticia lo entenderás.

—vale, pues dímela, a que esperas, me está dando un ataque de nervios por tu culpa —me reprendió por no decirle la noticia.

—Mi novela va a salir en película, esta mañana me llamo un productor de cine. —Solté el bombazo.

—¿Enserio? —gritó tan fuerte que tuve que apartar el teléfono de mi oreja si no me dejaría sorda.

—Si

—Felicidades. —Dijo alegre.

—Gracias.

Hablamos por un rato y la hablé a cerca de él. Ella lo sabía todo de nosotros y siempre me preguntaba que como iba y demás, que porque no le daba otra oportunidad.

Colgamos y me tumbé en la cama, cogí el teléfono y miré el perfil de él.

Estaba debatiéndome entre escribirle o no, hacia tres meses que no sabia nada de Can. Me lo pensé y se lo dije.

"Buenos días, seguro que estarás pensando en matarme o cualquier cosa, quiero que me perdones, y entiendas por qué lo tuve que hacer. Me siento muy mal por la decisión que tomé y créeme que si pudiera volvería al pasado y lo pensaría, pero ahora es tarde, espero que seas feliz y encuentres alguien mejor que yo... "

Dejé el móvil a un lado y me tumbé, eras las once de la noche y la tarde se me había pasado volada, también cabe mencionar que mañana madrugaría para ir Madrid.

Me acomodé y me dejé llevar por los brazos de Morfeo. 

Un encuentro inolvidable (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora