1. Mente ocupada no extraña a nadie.

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5 meses antes.

La tipa de cabello rubio y rizado, de mirada triste, sentada en clase junto a aquel tipo de cabello azabache y alto, llamado Louis, quien se encontraba molesto. Ambos sabían que su relación estaba hecha un asco, él más que ella, la pobre chica aún estaba aferrada a la idea de que podían solucionar algo, pero no se podía. Un año y medio de relación lleno de mentiras e infidelidades de parte de él, ya le habían dañado mucho. Cuando todo llegó a su fin creyó que también sería el de ella, llanto tras llanto, se sentía sola, no sabía que hacer, se había quedado sin amistades o eso creía...

- Necesito al menos me expliques que hice mal, carajo.- exclamó con llanto la pobre Hanna, mientras el tipo molesto reía.

- Entiéndelo de una puta vez, Hanna, ya no somos nada, te deje ayer, no te diré mas, déjame en paz- el tipo grito frente a varias personas que miraron en el instante que el alzó la voz remarcando las 3 últimas palabras.

- Hanna, ven acá cielo, no vale la pena.- dijo la morena detrás de Hanna, tomándola del hombro y mirando feo de arriba abajo a Louis quien se marchaba.- déjalo, no lo necesitas.

- Sharon...- dijo al fin mirándola a los ojos- no se que hacer, lo quiero, no sé qué hacer sin él, me ha engañado pero quería al menos una explicación, siento que no he sido lo suficiente, y mi error fue dejar que todo mi mundo girara solo para él y ahora me he quedado sin nada ni nadie.

- Pero, cielo, ¿eres tonta? Claro que no estás sola, soy tu amiga y siempre estaré aquí para ti junto a las demás, ahora ven que te las presento, no quiero verte así, honestamente me alegra, él no te hacía bien, es un idiota y te lo dijimos, ahora el plan es en que si te duele todo esto, no se lo demuestres y en eso yo te ayudo.

A los 4 días de que Louis se fuera sin una explicación, él ya estaba con la tipa con la que Hanna aseguraba la había engañado, el dolor en ella era inexplicable, sintió como si su corazón hubiera sido arrancado y pisoteado por aquella misma persona que en algún tiempo dijo amarla, era un fiesta y en lugar de disfrutarla, ella salió llorando de ahí, llamó a un amigo para que la acompañara a casa, iba hecha un mar de llanto y no sabía ni cómo llegar sola a su hogar en ese instante. Al encontrarse con aquel moreno alto llamada Gael, lo abrazó tal cual niña pequeña, él solo devolvió el abrazo y un beso en la frente, aquel chico había estado enamorado de ella hace mucho tiempo atrás en secreto, al haber quedado en el mismo salón durante la preparatoria y ver que ella tenía novio su ilusión se desvaneció, y con el tiempo descubrió que la quería aún pero de una manera distinta como una amiga o hermana. La llevó hasta la puerta de su casa, todo el camino la había consolado y logró dejarla tranquila en brazos de su madre.

-Gracias por haber traído a mi pequeña a casa, Gael.- agradeció la madre de Hanna.

-Señora, Baldwin, yo a su hija le estimó demasiado, realmente no es nada.

Luego de charlar un poco se despidieron, esa noche Hanna decidió seguir aquel buen consejo de no demostrar cuánto le dolía, y empezar a olvidarlo, aunque sabía lo rota que estaba por dentro y que le costaría demasiado, ella tenía ganas de desquitar su coraje.

Llegaron las dos semanas de aquella jodida ruptura, y la rubia ya estaba gimiendo de lo duro que le embestía aquel tipo que en algún tiempo llegó a llamar mejor amigo.

-Joder, para, para...-pidió exhausta.

-¿Te lastimé?- preguntó Oswald, el tipo de ojos verdes como solía decirle ella.

-Solo, me he venido, jaja - en realidad pidió parar porque no podía dejar de pensar en su ex, Oswald era el segundo hombre en su vida y ella sabía que solo lo estaba haciendo por despecho, porque recuerda lo mucho que Louis odiaba a Oswald. Se colocó sus bragas y se levantó.- debo irme.

-Te acompaño.

-No, no gracias, en verdad, iré caminando y te avisaré cuando llegue a casa, no quiero molestar, gracias.- se vistió en el baño para luego salir y marcharse.

Al otro día, llegó la reunión del receso donde todas sus amigas estaban presentes y rompieron el silencio.

-Pero cuenta, ¿como te fue con tu cogeamigo?- preguntó Kristen

-Estuvo bien, creo...-Hanna se sonrojó y solo se limitó a responder sus amigas sabían porque Hanna hacía eso, entendían su despecho y no le dirían que estaba mal, ellas estaban haciendo lo posible por tenerla distraída y haciendo cosas nuevas, cosas que durante su relación tóxica no pudo hacer, y entre ellas no podía faltar "la putería" como Sharon decía.

Are you gonna tell her?Where stories live. Discover now