Mientras lloraba

¡UNA MEDIOCRE!, eso eres....

Cada vez que lloras por lo mismo; por tus ganas de abrirte al amor, de esos que te hacen brillar como oro en pleno sol, de esos a los que puedes mostrar todas tus estaciones sin que quieran saltarse alguna, aquellos que solo exigen entregas reciprocas, sin miedos, sin dolor, sin desdén… Esos que sacan todo lo que hay en ti que no demuestras a cualquiera, como tu amor torpe por la almohada o tu miedo a no llenar sus expectativas. No es enteramente tu culpa, has alimentado durante años la vaga idea “de los complementos”… buscas dar todo aquello que tienes, que es basura en un mundo de insensibles, pretenciosos, superficiales, cobardes… ¡Oh! ¿Por qué hablas de cobardía? tú, justamente tú, que no le pones freno a quienes estrujan tu alma y laceran tu piel, dejándote esas marcas, cicatrices que solo demuestran el concepto errado que tienes sobre el amor ¡Vaya, que “amor” el de estos tiempos!... ¡No todo termina aquí!, no te sigas engañando, por qué no me dices de esos nervios que te provoca la incertidumbre, y debes admitirlo, en todos los ámbitos… ¿Que pretendes que el curso de los vientos cambie la inminente lluvia abrazadora?, colapsaras en algún momento, ¡Y lo sabes!
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¿Por qué te has vuelto tan endeble, quebradiza, vacilante, trémula?, Como ahora mientras escribes esto, en un cuarto oscuro, solo a la luz de la PC (como está ahora tú ser), con tu estúpida bata rosa, del mismo color de tus mejillas, y esos ojos, inflamados pero ardientes, porque aun tienes fe en el “absurdo” que vives… No sé cómo no te cansas de lo mismo, ya sé el sabor de tus lágrimas y el peso con que caen, es estruendoso, es que te sientes menos tú, más soluble
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Recuerdo cierta ocasión, al ver una serie, alguien decía “que perdiste que te hace perseguir tanto el amor”, ¿Recuerdas?, ese día también lloraste porque al igual que Beck solo cometiste errores; pero aun así, con tus sombras sigues buscando alimentar ese insaciable deseo de correspondencia, no solo en esto que nos aturde y provoca plasmar estas letras, sino en TODO…  ¡Le tienes pavor ver a la cara aquello con lo que has vivido un cuarto de siglo!
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No hablemos de límites, es un terreno que no deberíamos volver a pisar, la última vez que estuvimos ahí, solo alguien capaz de despojarse a si mismo nos saco de allí, recuerdas como aun dentro de ti oscilaban esas ideas, estabas decidida hacerlo, al principio pensaste que el freno lo provocaba la respuesta de tu estrecho “circulo social” mientras que siempre fue Él, que a pesar de tu desorden, vacio y oscuridad, siempre está ahí… y no es que dudas de Su Fuerza, esa que te acoge y llena cada espacio, es que te has obstinado en complejos absurdos e ilusiones abstractas.

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En memoria de lo que fue, y jamás será... Porque nunca podrás 'Convertir una bestia en príncipe'

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Berni Minier