Volves y te vas, siempre es así. Y yo te espero, siempre te espero. Y vos esta noche no volviste y yo te extraño, siempre te extraño. Ojalá no me dolieras tanto para que esto sea más fácil y mi corazón no me apriete tan fuerte. A veces pienso que me vas a doler siempre y me desespera pensar que no vas a volver; ¿qué hago yo acá si no estás?
Me acostumbraste tanto a vos, a pensarte, a escucharte, a mirarte pero nunca a soltarte. Porque si vos me advertías que un día ibas a desaparecer así de la nada, sería menos doloroso. O quizás no, y sería igual de horrible que ahora pero al menos la culpa sería mía, y yo no estaría matándome la cabeza por encontrar una respuesta.
Ojalá todas las noches puedas dormir tranquilo porque yo no puedo. Que nunca te acuestes pensado en que hiciste mal esta vez para que ella se fuera; y por qué no vuelve. Porque yo todas las noches me acuerdo de vos y mis sueños son pesadillas, en todas estas vos. Yo llorando porque me perdones (por alguna razón que no se me ocurre) y vos mirándome sin expresión y yéndote todas las noches sin mi.
Y siento el mismo nudo en la garganta, y el mismo calor recorriendo mi cara. Pero vos no volves.
Ya no aguanto, siento que cada segundo pierdo una parte de mí. Y mi corazón se rompe un poco más cada vez que mi cabeza le recuerda que te fuiste dejándome acá sola sin nadie que venga a buscarme.
Quiero borrarte, sacarte de mí, así como un archivo que te pesa la memoria del celular y solo te está ocupando espacio sin siquiera ser indispensable. Así quiero verte como un archivo al que puedo eliminar, con un poco de culpa sí, pero que al final me deja espacio para nuevas cosas mejores.
Una certeza si tengo y es que en una de estas noches te voy a olvidar, esta noche no. Pero quizás mañana, pasado, o en unos meses. Solo te pido que no vuelvas más porque sería una pena que no pueda borrar para siempre este archivo que está dañando mi dispositivo.
