Pov Laila
Soy una chica tímida, no tengo muchas amigas, solo tengo a mi mejor amigo y a mi scuad. Soy morena con el pelo bastante largo, de estatura normal, y cuerpo pues creo que normal, o por lo menos a si me veo yo. En el colegio no soy muy popular, pero tampoco soy una nerd, simplemente estoy ahí, siendo una más del montón. Practico hockey, un deporte no muy aclamado por aquí, aunque a mi me encanta, sobre todo el que no tengo la presión de tener que ser la mejor, ni que haya mucha gente viéndome.
Vivo en un pueblo pequeño, de gente un poco peculiar. Estamos apartados de casi todo, no mucha gente sabe de la existencia de este pueblo ya que bueno... hay un colegio para niños con ciertas distinciones. Estamos divididos según nuestro don. Los herederos de hechiceros tienen una gota de agua detrás de la oreja, los herederos de hadas tienen una flor en el brazo, los herederos de los elfos tienen un trébol en el tobillo y los herederos de las ninfas tienen un árbol en el costado. Yo ya soy bastante rara porque tengo todas, aunque eso solo lo sabe mi mejor amiga Kelly. No es normal ser heredera de todos, significa tener mucho poder, más del que deberíamos tener.
A parte de esa rareza, tengo también una maldición, no me puedo enamorar de nadie, solo de la persona que lo primero que me diga sea la frase que me sale en la muñeca cuando cumpla 16. Ya he intentado tener novio antes, pero he sido incapaz de enamorarme, siempre había algo que no me dejaba. Una fuerza mayor a mi.
Hoy era un día como otro cualquiera, sino fuera porque solo quedaban unas pocas horas para que pasara, iba a cumplir 16 años, y aunque en ese momento no lo supiera, ese día iba a cambiar mi vida para siempre. Me quede despierta hasta las 12, estaba deseando ver que frase me salía. Cuando iba a ser la hora me encerré en mi habitación, y no podía creerme q esa era mi frase. "Cuidado niñata" es lo que apareció, eso era lo primero que me iba a decir mi alma gemela. ¿Quien le dice eso a alguien sin conocerle? ¿y porque me iban a decir eso? Con esas preguntas en la cabeza me quede dormida, pensando en si alguna vez encontraría a mi alma gemela...
Pov Alex
Mi familia y yo no solemos quedarnos mucho tiempo en una ciudad, cuando se enteran de que no somos como los demás, tenemos que irnos. En mi familia hay una maldición, cuando cumples 16 aparece en tu muñeca la primera frase que te va a decir tu alma gemela, y hasta que no la encuentres no puedes estar con nadie, solo puedes estar con esa persona. Esto se debe a que vivo en una familia un poco peculiar, se dice que mi linaje viene de la unión de un hada y un hechicero. Por lo que en cada dos generaciones nace uno que hereda todo el poder. Y en esta me ha tocado a mi tenerlo. A si que ahora nos estamos mudando otra vez, mi madre ha encontrado una escuela donde hay mas personas como yo, y vamos a ver si ahi puedo encajar.
Yo soy un chico alto, atlético, obviamente guapo y con el pelo moreno. Todas las chicas siempre se vuelven locas por mi. No juego ningún deporte del tipo de football o lacrosse, yo juego al hockey es mas divertido porque no tienes toda esa presión de hay que ser el mejor o no serás nadie, en el hockey puedes ser tu. De amigos siempre he ido muy justo, todos se apartan de mi al enterarse de como soy en realidad, no me dan ni una oportunidad para demostrarles que sigo siendo yo.
Mañana es mi 16 cumpleaños, voy a saber que me va a decir mi alma gemela, estoy algo nervioso. Yo siempre he sido un mujeriego que he jugado con las chicas y me gusta, me lo paso bien, pero no puedo seguir siendo así o voy a perder al amor de mi vida. Son ya casi las 12, en cuanto miro una fase empieza a aparecer en mi muñeca "lo-lo-lo siento", no lo entiendo, eso no puede ser lo primero que me diga, cualquiera me puede decir eso, como voy a saber quien es ella...
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Nuestro amor, Nuestra profecia
Randomalexander miller, llega nuevo justo el dia de su 16 cumpleaños, con un secreto muy grande. Laila evans, emocionada por su 16 cumpleaños, y lo que pasara ese dia. El destino los va a unir por un secreto en comun. Lo que ninguno de los dos esperaba...