☃ winter warm. ☃

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— jaehyunnie, ya basta.

— pero me lo prometiste.

nada en el mundo le dolía más a doyoung que ver la carita triste de su jaehyunnie, pero habían pasado quince minutos desde que le dijo que sólo lo dejaría acurrucarse con él cinco minutos. y no es que no le gustase estar encima del menor mientras éste tenía sus brazos apretados al rededor de su cintura y hundía su nariz en el pecho de doyoung. ¡tenía trabajo que hacer! y nadie era más exigente que su jefe. le gustaba el trabajo ordenado y eficiente. trabajar como asistente de un dibujante de manhwa es agotador y consumía una porción consistente de su tiempo; pero amaba dibujar y daba buena paga.

— jaehyunnie, ya lo hemos hablado. si no entrego mis avances puedo ser despedido, y sabes que me gusta este trabajo. — se removió intentando salir de la prisión de calor, pero jaehyun era más fuerte que él, y también es un terco.

— mhm. — gruñó con un puchero y ojitos tristes. — pero me lo prometiste. — refunfuñó nuevamente. — me dijiste que en invierno te darían tus vacaciones y que nos daríamos mimitos a todo momento. pedí mis vacaciones al mismo tiempo que las tuyas también con esa específica idea en mente; pero el único con vacaciones ahora soy yo. ¡esto cataloga como estafa señor kim! llevaré el caso a tribunales si pasa a mayores. — y en serio lo harías y estoy muy consciente de ello, pensó doyoung. — nadie puede quitarme mis dodoñitos sin pasar por encima de mí primero.

— vale, en primer lugar, ¿dodo qué? ¿qué se significa eso? — preguntó con una mueca divertida, aguantando la risa mordiendo ligeramente la punta de su lengua. quería soltar una carcajada pero su novio estaba tan serio que, aunque todo ese teatro pareciese una broma bastante cursi, sabía cómo era su pareja.

— dodoñitos. o sea, mimitos de dodo. los dodoñitos son exclusivos de jaehyunnie. nadie más puede tenerlos, impedirlos o posponerlos. ¡es parte de mis derechos como ciudadano! — frunció las cejas.

— serás bobito. — besó su cabeza con delicadeza. — no creo que exista tal ley en la constitución, pero ya que lo dices te creeré. — colocó otro beso, ahora en sus labios, y al instante sintió como el otro le correspondía como una suave caricia y dejaba toques por su espalda mientras lo hacía enredar sus piernas en sus caderas. la cola de jaehyun aferrándose a su tobillo. ama con locura a su novio, pero cierto es que no es el momento. — escucha, entiendo tu motivo para estar enojadito, ¿si? — apretó uno de los cachetes de jaehyun y lo estiró un poco. manteniendo el contacto visual — sin embargo, no es el momento, jaehyunnie. tengo que trabajar desde casa porque se viene un hiato en la obra. — mencionó nervioso, sabía con certeza que su novio no reaccionaría de manera excelente. 

— p-pero, mis dodoñitos. — dijo casi al borde de las lágrimas. ¡la vida es injusta! ¿si no te tengo, para qué seguir?

— adelantaré todo el trabajo de una semana en una tarde. por favor no llores. estaré de vuelta aquí en la cama contigo cuanto antes, pero debo trabajar. — desenrolló su cuerpo de todos los agarres que jaehyun tenía sobre él y se paró de la cama. — estaré en el estudio... — mencionó antes de abandonar su habitación. la habitación que ellos compartían; donde dormían, donde jaehyun los había imaginado haciéndose cariñito mutuamente, o doyoung haciéndole cariñitos a él, o él a doyoung. el orden variaba, pero él sólo quería sus dodoñitos.

se sentía timado, triste, decepcionado. jaehyun era tan millonario que doyoung ni siquiera necesitaba trabajar. poseía la empresa más rica de toda corea, que fue fundada por su tatarabuelo y a día de hoy él era la cabeza de la empresa. lo cierto es que jaehyun no era tan blando como aparentaba. no, no era un patán, pero tampoco era un malvavisco. doyoung lo hacía sentir como uno, pero lo ama con tanto deseo que es imposible no doblegarse ante él.

volviendo al tema principal. jaehyun es consciente que doyoung sabe que no necesita trabajar, pero a la vez, doyoung ama tanto su trabajo y lo hace tan feliz, que simplemente el pensamiento de decirle que deje de trabajar e imaginar el semblante de tristeza de su conejito bebé lo parte en mil pedazos. pero jaehyun siempre sabe cómo ingeniárselas para conseguir lo que quiere.

salió de la habitación, con una manta encima y una sonrisa traviesa.

— ¿puedo pasar? 

— adelante. — doyoung habló, siguiendo completamente concentrado en sus dibujos. moviendo su mano con destreza y recreando finas lineas que le daban forma a los bocetos. — ¿qué necesitas jaehyunnie?

— pues,  yo... — se enrojeció un momento. — levántate. — dijo firmemente.

— ¿de acuerdo?... — se levantó y observó a jaehyun ocupar su silla de trabajo con rapidez. — jaehyunnie, pensé que lo habías entendido. necesito trabajar, es en serio. — frunció el ceño, un poco molesto por lo incomprensivo que era su novio.

— puedes hacerlo. — el rostro de jaehyun era totalmente serio. — pero desde aquí. — palmeó sus propias piernas con una sonrisa.

las orejas de doyoung se pararon en señal de alarma. — oh, vamos. ambos sabemos que terminaremos haciendo cualquier cosa y no podré adelantar todo lo que quiero. después pasaremos menos tiempo juntos y tus vacaciones se habrán esfumado.

— te prometo que si podrás trabajar doyo. ahora ven a sentarte, te mantendré calentito mientras dibujas. ¿no es suficiente para ti? — transforma su cara en un puchero.

— bueno, bueno, está bien, — jaehyun rió,  risa que duró poco porque cuando doyoung posó sus suaves muslos encima de sus piernas y su delicada colita blanca encima de todo lo demás. gimió en silencio y descansó su cabeza en la espalda de doyoung, pasando la manta por encima de sus cuerpos, para que luego sus manos se posaran a los costados de su pareja para atesorarlo con fuerza. doyoung, sin más, retomó sus dibujos.

— doyo, ¿por qué tu corazón late tan rápido? — puso una mano en el corazón de doyoung y luego una en su propio pecho. — mi corazón quiere latir igual que el tuyo, pero el tuyo es tan veloz.

— es porque soy un conejo, jaehyunnie. —dijo. —  y también porque mi corazón late muy rápido cuando estoy contigo. — susurró.

— eres el conejo más hermoso del mundo, doyo. ¿lo sabías? te amo mucho.

al carajo el trabajo. doyoung tenía a su hermoso y adorable novio debajo de él llorando por su atención. dedicarle un poquito de tiempo no le haría mal a nadie, ¿cierto? ya encontraría manera de reponerselo al señor seo, pero ahora sólo tenía en mente a su jaehyunnie.

— yo también te amo; más que a nada, más que a nadie. no existe nada que ame más que a ti. — se volteó, quedando frente a frente, y estirándose un poco para poder alcanzar la frente de jaehyun y plantar un beso cálido en su frente. luego pasó a un segundo, y un tercero; terminó recorriendo toda su frente en base a besitos. 

jaehyun no podía estar más contento. tal vez debía esperar y no recibirlos cuando él quería, pero los dodoñitos siempre valían la pena. y ahora todo estaba en el pasado, en su mente sólo estaba doyoung dándole besitos y haciéndose uno con su alma a través de tiernas palabras y dulces muestras de afecto. la manta atrapando el frío ambiente del exterior y manteniéndolos calentitos en su nidito de amor.

¡𝓅𝑒𝓇𝑜 𝒹𝑜𝓎𝑜! 𝓂𝒾𝓈 𝓂𝒾𝓂𝒾𝓉𝑜𝓈. |  𝒿𝒶𝑒𝒹𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora