🍂 autumn leaves. 🍂

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eran las tres y media de la tarde cuando doyoung salió del trabajo, quince desde que se montó en el autobús y tan sólo un segundo desde que se bajó en la parada. el clima templado del otoño lo hace sentir fresquito, aun con su suéter encima, y una camiseta debajo, era capaz de sentir el frío rozando las puntas de sus deditos que no eran cubiertas por su suéter al contrario de sus manos, sus orejas meciéndose libremente al ritmo del viento gélido; y le fascinaba.

— diez, nueve, ocho, siete...

contaba los pasos que faltaban para llegar a su casa; no para no perderse, eran más bien como un mantra en el que canalizaba toda la emoción de poder finalmente lanzarse en su cama y acurrucarse en el calor de su hogar, descansar. al día siguiente sería sábado. ¿a quién no le gustaban los sábados? a doyoung le encantaban, pero no sólo le encantaban; no, no. ¡le encantaban muchisisísimo! su día favorito probablemente era el viernes, pero no crean que es porque el viernes es especial. ¡patrañas! era su favorito por el simple hecho de que el día que le seguía era sábado.

— tres, dos, uno... — sacó el llavero de su bolsillo con forma de perrito y al instante sonrió, recordando a su amado jaehyun. insertó la llave en la cerradura y desbloqueó todos seguros que había trancado esa mañana al salir. luego de todo el bullicio, reinaba el silencio. y en el reino del silencio, también había lugar para unos sutiles ronquidos provenientes de un bulto en el sofá. cerró la puerta con cuidado y se quitó sus zapatos tomándolos con cautela en sus manos. los deditos de sus pies danzaron libremente desde sus calcetines tras el alivio de estar casi libres de toda prenda de vestir.

procedía a ir con sumo tiento a dejar sus zapatos a su habitación, cuando de repente unas orejas caninas, peluditas y de color castaño claro se asomaron a través de las mantas que cubrían el bulto. doyoung soltó una sonrisita muda.

— jaehyunnie~

el bulto debajo de las mantas se removió ligeramente, casi imperceptible; pero doyoung ensanchó más su sonrisa.

— jaehyunnie~ ¿estás despierto? ¿mhh? — tomó con sus manos el borde de la manta y la deslizó delicadamente como si de un susurro se tratase. la sensación hizo que jaehyun se estremeciera un poco y ¡casi acaba con su actuación! pero no, pasó todo el día aburrido esperando este momento, ¡no podía acabar por un simple error! así que hizo su mejor esfuerzo por mantener una mueca seria y poder continuar con su juego.

— ¿en serio estás dormido? — susurró prácticamente encima del oído de jaehyun. - ya veo.

sintió una humedad momentánea en sus labios. los belfos de azúcar del otro se encajaron en los suyos de algodón, formando una suave mezcla de algodón de azúcar. su receta favorita. ya no tenía sentido seguir con su travesura teatral, así que simplemente danzó al compás que le ofrecía el contrario con sus propios labios. al separarse, le sonrió.

— me sentía tan solo, amor mío. me has dejado exactamente ocho horas y treinta y siete minutos. es decir, ¡una eternidad! — sus ojos de perrito se hicieron presentes.

— lo siento, sabes que tengo que ir a enseñar los avances de mis dibujos a la editorial. — acarició lentamente las mejillas rojas de jaehyun, podía sentir los rápidos latidos de su corazón con sólo tocar sus mejillas ruborizadas. — ¿qué quieres de compensación?

jaehyun abrió sus ojos en sorpresa, posándose firmemente en el sofá con su fuerte cola agitada, balanceándose de un lado a otro. - a ti, aquí, ven. — palmeó el sofá luego de volver a acostarse de lado. quería que doyoung se acurrucase con él.

doyoung rió de nuevo antes de deslizarse entre las mantas con jaehyun. tomó el mando de la televisión y colocó un dorama en netflix; el que veían siempre que tenían la oportunidad de acurrucarse. situó su cabeza en el hombro de jaehyun, usando éste como almohada.

— doyo, quiero mimitos. — mencionó con un puchero en sus labios, deslizando sus brazos y estrechándolos en la cintura del conejo, olfateándolo con intensidad en el proceso.

— eres irremediable. — dijo volteándose para verlo cara a cara. seguido de esto, tomó sus mofletes con ambas manos y comenzó a repartir besitos amorosos por todo su rostro.

jaehyun apretó la cola de doyoung haciéndolo sobresaltar, frunció el ceño haciendo un puchero que juntaba sus rectas cejas formando una figura rectilínea. — ¿por qué hiciste eso, jaehyunnie?

— sé que no te gusta que toquen tu cola, pero es tan suave y blanca, como un algodón. me encanta, doyo. tú me encantas. me haces sentir cositas en mi pancita. — dijo sobándosela suavemente. — ¿yo hago lo mismo en ti?

doyoung sonrojado simplemente asintió, y dejó salir un hilo de voz. — te amo, jaehyunnie. — mencionó cerrando los ojos, sintiendo las caricias que ahora proporcionaba el menor en su vientre y que luego pasaron a su pelo.

otra de las razones por las que le encantaba el otoño era que tenía cualquier excusa para ser extremadamente cariñoso con jaehyun — no que las necesitase — y darle los mimitos. ya sea otoño, invierno, primavera o verano, tanto jaehyun necesitaba mimitos de doyoung como doyoung necesitaba demostrarle que lo amaba a través de estos.

así ambos pasan sus días, siendo felices, el uno junto al otro. no necesitan más, porque ya lo tienen todo.

¡𝓅𝑒𝓇𝑜 𝒹𝑜𝓎𝑜! 𝓂𝒾𝓈 𝓂𝒾𝓂𝒾𝓉𝑜𝓈. |  𝒿𝒶𝑒𝒹𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora