Podía quedarme mirándolo por horas. La estructura con la que había sido creado su rostro era arte de Dioses y tenía la suerte inmensa de tener la oportunidad de obsérvalo. Evado el sentimiento de querer acercarme y lo llevo lejos, parece estar bien allí con todos sus amigos.
Miro a mi acompañante cuando descubro que él me a pillado, mis manos comienzan a sudar y sé que es porque sus ojos están mirándome por completo. De alguna manera odio estar de pie porque así, él tiene una vista completa de lo que soy.
Si pudiera describir la velocidad en la que va mi corazón con alguna referencia diría que es una locomotora. Porque ellas son ruidosas y rápidas. Y el sonido que llevaba mi corazón en esos minutos era ensordecedor.
Sus amigos comienzan a cantar una canción en accapela y el busca con su mirada una guitarra para poder usarla. De esa manera tan particular, había entregado todo mi corazón hacia él. La forma en que tocaba la guitarra era como disfrutar de un recital en primera fila con toda su atención sobre ti.
No puedo evitar mirar hacia el lado, donde se encuentra apoyada mi guitarra dentro de su enmarañado estuche probablemente tiritando mas que yo.
<¿Crees que podrías prestármela?> dice, se que no responderé nada por lo tanto no me molesta cuando mi acompañante la entrega y él se retira otra vez.
Todos ponen su atención en el grupo de amigos frente a mi, ahora, no se como describir a que velocidad va mi corazón porque ni siquiera puedo encontrarle la comparación. Se voltea cada ciertos ratos para observarme y estoy segura que estoy sudando como si hubiese corrido una maratón completa.
Sus ojos capturan los míos justo cuando a mi oído mi acompañante me pide que nos alejemos. Él, desde su lugar me indica la guitarra y niego dándole a entender que puede quedársela un par de minutos mas. Por lo menos, hasta yo sabia que debía escapar de allí antes de derretirme.
Ya fuera de allí, pero aun lo bastante cerca, puedo escuchar la canción que comienzan a cantar. La reconozco demasiado bien. Hace un par de horas, había actualizado mi estatus pidiendo que alguien me dedicara una canción, la misma que sonaba ahora en todos lados.
Dejando atrás a mi acompañante me devuelvo por el mismo lugar que escape y llego frente a él otra vez. Su sonrisa se amplia haciendo que me sonroje y dude si lo que estoy haciendo esta bien.
Su voz se distingue de todas las demás pero juntas todas suenan a una perfecta armonía, haciendo que todo dentro de mi explote.
Hey There Delilah jamás había sonado tan hermosa cantada por alguien que no fuera el vocalista, pero en esta ocasión, rompía cualquier regla de no escuchar covers de mis canciones favoritas.
Un guiño de ojo es lo que recibo cuando terminan de cantar. Se acerca cautelosamente y extiende la guitarra en mi dirección mientras con la otra me entrega el enmarañado estuche.
<Me parece que deberías conseguir otro>
Me congelo en mi posición buscando las palabras para responderle.
<Me parece también> digo.
Dejo el mechón de cabello que se cae hacia adelante en mi rostro detrás de la oreja y le sonrío. Su siguiente acto es inclinarse hacia adelante y atrapar mi mejilla en un beso. El mejor de los besos que alguien me había entregado.
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Hey There Delilah
Novela JuvenilMirarlo era como ir al cielo sin haber muerto y volver mas viva que nunca